Nikolas Cruz, joven de 19 años acusado de haber asesinado a 17 personas y de dejar heridas a decenas más en una escuela secundaria de Florida, Estados Unidos, dijo a los encargados de la investigación que unas “voces” le ordenaron perpetrar la masacre, de acuerdo con ABC News, quien cita fuentes de la policía.
Las personas que conocen al adolescente lo describen como problemático, y que se encontraba deprimido, de acuerdo con un abogado de la familia contratado después de la muerte de su madre adoptiva en noviembre pasado.
Además, un compañero de Cruz en un campamento en el que ambos realizaron entrenamientos militares calificó al presunto homicida de “psicópata” y fanático de las armas.
Cruz había comprado el arma presuntamente utilizada en el crimen solo tres días después de su último día de asistencia a la escuela, el 11 de febrero de 2017, y la recogió una semana después, el 18 de febrero, según el dueño de la tienda donde la adquirió.
Además, el joven tiene antecedentes por mal comportamiento en su escuela. El 19 de enero de 2017, Cruz fue castigado con un día de suspensión por una agresión, recoge ABC News.
Sin embargo, y a pesar de estas características de Cruz, las autoridades no han respondido a los representantes de medios de comunicación sobre el historial del presunto homicida, debido a normativas de privacidad.
El día del mortal ataque, el 14 de febrero, el agresor dejó su escopeta AR-15 y su mochila llena de municiones en el tercer piso del centro escolar para salir corriendo junto a los alumnos que huían del lugar de la tragedia.
Tras alejarse de la escuela, Cruz entró en un supermercado Walmart y compró un refresco en un Subway. Después pasó por un McDonald’s.
Cuarenta minutos más tarde, a las 15:41 (hora local), el sospechoso fue detenido por un oficial del Departamento de Policía de Coconut Creek cerca de su casa.
Fuente: La Razón