Jesús Berrones, inmigrante mexicano con cinco hijos y cuya esposa está embarazada, se refugió en una iglesia porque dijo que necesitaba seguir en Estados Unidos para mantener a su hijo de 5 años, quien tiene leucemia, y al resto de su familia.
El connacional se resguardó desde el viernes en la Iglesia Unida de Cristo de Shadow Rock, en Phoenix; después de lo cual, explicó que se le concedió un aplazamiento a su orden de deportación.
Berrones, de 30 años y que vive en Estados Unidos desde que tenía menos de dos años de edad, tenía programada una reunión con autoridades de inmigración hoy para iniciar los procedimientos para su regreso a México, pero fue informado que se le había concedido un aplazamiento por un año.
«En una medida discrecional, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) otorgó a Jesús Armando Berrones Balderas una suspensión de deportación por un año con fundamento humanitario”, señala un comunicado emitido el lunes por la noche por la oficina de Phoenix del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.
«El ICE emitió un interdicto previo en junio de 2016”.
El mexicano entró a territorio estadunidense de la mano de sus padres en 1989 y a los 19 años fue detenido por conducir con una licencia falsa y deportado a México, tras lo cual reingresó ilegalmente al país hasta en dos ocasiones para reunirse con su familia.
En 2016, ICE le concedió una suspensión de su expulsión, iba a ser la tercera, ante la enfermedad de su hijo de 5 años, quien desde ese año lucha contra la leucemia y recibe sesiones de quimioterapia.
Recordó que la actual pesadilla se inició durante un viaje familiar a California y en el camino el menor, que luego sería diagnosticado con cáncer, empezó a tener fiebre alta. La familia emprendió el regresó y en el camino a Arizona los detuvo un agente de Policía.
«Me pidió mi licencia, le explique la situación de mi hijo, que tenía que llevarlo al hospital, veníamos en dos carros porque también venían mi suegra y sus hijos. Fue cuando llamó a los bomberos y a los de Border Patrol (Patrulla Fronteriza)», recordó.
Añadió que tanto él como su suegra, también indocumentada, fueron arrestados por los agentes de Inmigración y debió dejar a su esposa e hijos.
Posteriormente, el ICE hizo uso de su discreción y le concedió una suspensión de la orden de deportación, como ha hecho en casos de personas que tienen a su cargo un niño enfermo.
No obstante, en virtud de los nuevos lineamientos de la Administración de Donald Trump, el indocumentado recibió un aviso de que sería deportado, a la que su abogado respondió con un pedido de suspensión que le fue denegado la semana pasada.
«Me presente a ICE con mi niño enfermo a finales de diciembre, y únicamente el oficial me dijo que tenía un mes para arreglar mis pagos, porque a partir de esa fecha me iban a deportar», explicó.
Berrones planeaba permanecer en la iglesia hasta que Inmigración suspendiera de nuevo su orden de expulsión o que su abogado pudiera encontrar una resolución legal.
«Me siento triste porque mis hijos sufren, saben de los problemas por los que estoy pasando», comentó el inmigrante el fin de semana.
Fuente: Excélsior