José Antonio Meade, candidato de la coalición “Todos por México”, dijo que los señalamientos contra el panista Ricardo Anaya no es un tema que haya empezado en campaña, y lo llamó a hacerse cargo de las decisiones inmobiliarias que no tienen un fundamento financiero y que no son consistentes con la trayectoria de un servidor público honesto.
“que hoy dicen las encuestas, algunas de las cuales me ubican en primero, otras en segundo y otras en tercero, lo que están reflejando es, fundamentalmente, el hecho de que Andrés Manuel y Ricardo, los dos, se adueñaron a la mala de recursos públicos en especie, entregados a sus partidos, y los utilizaron por espacio de varios años en su promoción personal”.
En entrevista con Javier Solórzano, en Once Noticias, el abanderado de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza, rechazó que haya una estrategia contra Anaya y resaltó que en cualquier espacio de contienda hay escrutinio y los participantes tienen que estar dispuestos a sujetarse a ese escrutinio.
Comentó que en caso de que de repente trascendiera que él tenía a su familia viviendo en Estados Unidos por dos años y que los hubiera ido a visitar todos los fines de semana.
“Pues ahí se hubiera acabado el juego, ni siquiera hubiera sido necesario ni hubiera tenido yo la oportunidad de explicar cómo lo había yo hecho, por qué y de qué manera”
Más aún, planteó que en caso de que hubiera sido él (que tiene 10 años más que Anaya, con una trayectoria que implica cinco secretarías), quien compró una planta industrial en Querétaro, además una planta industrial en un parque industrial con enormes proporciones y dimensiones, “de nuevo, no hubiera sido necesario nada más para que el cuestionamiento fuera severo”.
Sobre ese tema, el aspirante a la Presidencia de la República agregó que además “esa planta industrial se la vende a una empresa ‘facturera’. Ahí se hubiera acabado el juego, no hubiera sido necesario un solo espacio de reflexión adicional”.
Por ello, José Antonio Meade cuestionó con esos tres datos cómo le hace un funcionario público de 39 años de edad para tener acceso a un predio que vale 54 millones de pesos.
“Imagínate, además, que de repente a mí se me hubiera encontrado una fundación que se llamara Por un México más Técnico, lo que tú quieras ponerle de nombre, y que esa fundación su única actividad hubiese sido construir un inmueble”, añadió.
Aseveró que con esa colección de cuatro cosas, por sí mismas y sin mayor elemento de investigación, debían de haber llamado la atención.
“La gente tiene que hacerse cargo de su vida, de sus obras, de su trayectoria, de sus estrategias y en este caso, en particular, de las decisiones inmobiliarias que no tienen un fundamento financiero y que no son consistentes con la trayectoria de un servidor público honesto”, expresó.
Fuente: La Razón