Las autoridades paquistaníes buscan a un asesino en serie como responsable de la violación y asesinato de una niña de 7 años en Kasur, en el este del país, en un crimen que ha conmocionado al país tras casi una docena de casos similares en la misma zona.
«El violador o asesino es un asesino en serie; en incidentes anteriores las pruebas forenses lo determinan así y el modus operandi también», indicó a los periodistas Malik Muhammad Ahmad Khan, portavoz del gobierno de Punyab, provincia en la que se encuentra la localidad.
De acuerdo con la Policía, en el último año se han producido once casos de naturaleza similar en esta ciudad cercana a la frontera con la India.
El responsable provincial indicó que hasta ahora las pesquisas no habían arrojado nada, pero que las autoridades han investigado a 96 personas y que tienen una pista para la identificación del sospechoso.
«Sobre la base de esta pista hemos llegado muy cerca del sospechoso», dijo, sin dar más detalles.
Khan indicó que las autoridades están haciendo todo para llevar al responsable del crimen ante la justicia lo antes posible y que se ha designado un equipo de investigación especial para investigar el caso.
La niña, que había quedado bajo el cuidado de un tío mientras sus padres hacían una peregrinación religiosa a Arabia Saudí, desapareció el 4 de enero y su cadáver fue hallado cinco días después, el pasado martes, en un contenedor de basura.
La aparición del cuerpo, cuyo examen determinó que había sufrido abusos sexuales, desató una ola de protestas de violentas en la ciudad en las que han muerto dos personas y se han producido actos de vandalismo contra comercios y vehículos.
Los manifestantes están indignados ante un crimen que ha puesto a la ciudad en el ojo del huracán.
El oficial de Policía del distrito Muhammed Ali indicó hoy a Efe que en el último año se han registrado en la zona 11 casos similares, en los que solo en una ocasión la niña sobrevivió, sin que hasta el momento se hayan producido arrestos.
Esta zona ya fue el centro de la polémica en agosto de 2015, cuando quedó al descubierto un escándalo de pedofilia en el que al menos 19 menores fueron grabados en vídeo y fotografiados por una red formada por 17 personas en el pueblo de Ganda Singh Wala, en el área de Kasur.
En abril de 2016, un tribunal antiterrorista condenó a cadena perpetúa a dos acusados por ese caso.
Tras ese escándalo, Pakistán convirtió en marzo de 2016 en delito los abusos sexuales a menores y la pornografía infantil, crímenes castigados con penas de hasta siete años de cárcel y que antes no eran sancionados.
Fuente: Crónica