Diario de un reportero
Ramsés Ancira
Carlos Almada en lugar de Carlos Ahumada, los hermanos Bernal Leyda en vez de los Beltrán Leyva, y todos los presidentes a partir de Carlos Salinas, con nombres apenas alterados para evitar demandas legales, son personajes de la serie “El Chapo”, de Netflix, que dramatiza a partir de 1988 algunas de las noticias más relevantes de la llamada Guerra contra el Narco.
La serie de televisión en línea plantea como un personaje, Conrado Higuera Sol, integrante de un partido tricolor, va convirtiéndose en el enlace de sucesivos gobiernos de distintos partidos con los cárteles de la droga. Como estos empiezan a masacrar a población inocente, en una forma de terrorismo, a fin de que el gobierno deje de perseguirlos y cómo, como ha sucedido en toda guerra de cualquier condición, se desata una leva para aumentar el ejército criminal, torturando y asesinando a quien no quiera incorporarse.
El Chapo es un gran reportaje periodístico dramatizado, aunque como dijo algún periodista, la realidad es aún peor de la que aquí se representa.
Si se dice de la política que es la guerra por otros medios, no debería ser la narco política la que se emplee como medio para dirimir las diferencias entre candidatos de distintos signos. Mejor sería que antes y dada la gravedad de los hechos que colocan a México en el cuadrante del 25 por ciento de los países más peligrosos y con más asesinatos del planeta, junto con otros como Honduras, Salvador y Guatemala, también a consecuencia de la influencia de los cárteles mexicanos, desde la sociedad exijamos debates serios y transparentes que busquen formas innovadoras de combatir la violencia.
Demasiada candidata
Las propuestas que plantea la candidata de Morena Claudia Sheinbaum en el documento Innovación y Esperanza para la Ciudad de México no se parecen nada a la forma tradicional de campañas negras, con descalificaciones que polarizan y denigran a la política.
Tan solo en uno de los temas, plantea como la mayoría de la población capitalina gasta más de tres horas de vida para transportarse en la Ciudad de México en microbuses y autobuses concesionados. Para ello tiene que pagar en pasajes hasta el 25 por ciento de sus ingresos.
Antes de que esta idea apenas alcance a difundirse, una mujer fue asesinada de un balazo en el camión de una ruta concesionada que circulaba por Azcapotzalco, cerca del metro El Rosario, no por oponerse a un asalto, sino porque a juicio de uno de los asaltantes tardó mucho en entregarle sus pertenencias.
El mismo día, cuatro de enero, con la misma saña empleada por los asaltantes de camiones, un grupo de reventadores identificados con el PRD acudió a dos eventos de campaña de Claudia Sheinbaum, uno de ellos, reconoció la delegación Coyoacán, estuvo en su nómina hasta 2017.
Pese al compromiso de Miguel Ángel Mancera de que no será tapadera de nadie, por lo pronto cuatro personas resultaron heridas y una más asesinada en dos actos de campaña de Sheinbaum.
Aunque las autoridades de salud aseguran que Martha Patricia Reyes no recibió golpes de las sillas y objetos que arrojaron los golpeadores perredistas, el hecho real es que se desplomó al piso mientras se provocaba la trifulca.
Históricamente la violencia ha sido la mejor manera que encontró la ignorancia para combatir la inteligencia. Sheinbaum hija de padres de origen judío que participaron en el Movimiento Estudiantil del 68, ha recibido premios por la UNAM en innovación tecnológica, es integrante del Grupo Científico de Cambio Climático que obtuvo el Premio Nobel de la Paz. Como secretaria ambiental en el sexenio
de López Obrador creó ciclo pistas, el Metrobús y el segundo piso, entonces gratuito, del Periférico.
Sera muy difícil para cualquier otro partido encontrar candidaturas tan sólidas en cuanto a trabajo ya realizado por la Ciudad de México y proyectos a futuro.
Las propuestas de la candidata incluyen la creación de 200 espacios de educación artística, concentrados en las colonias de mayor marginación; 100 plazas públicas con actividad cultural permanente; hacer pública la información sobre la calidad del agua, en particular en Iztapalapa y Tlahuac; un gobierno abierto que publique mensualmente los contratos de obra pública y las adquisiciones del gobierno; erradicar la corrupción en los reclusorios y la penitenciaría y evitar el clientelismo partidista en la asignación de viviendas de interés social, entre otros rubros.