Ha sido rabiosa la respuesta de los que se sintieron aludidos por el reportaje publicado por The New York Times, sobre el gasto publicitario del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto; (goo.gl/jxFhrx) sin embargo, bastaba con revisar las inserciones en algunos diarios para confirmar la connivencia entre algunos medios y el gobierno.
No es materia nueva, desde el “no pago para que me peguen” de López Portillo, hasta nuestros días, el tema es motivo de controversia. El monto se va disparando administración tras administración y no sólo en el gobierno federal, lo mismo ocurre con estados y municipios.
¿Hay alguna justificación para que se promueva la figura de un gobernante de un estado de la República en todo el país mediante spots, planas, espectaculares y otras variantes?
Tras bambalinas trasciende cuando algún gobierno subsidia y hasta paga nóminas o determinadas plumas, porque no hay secretos; si además se hace una detallada revisión del material informativo y publicitario de dichos medios, no hay defensa posible, la evidencia acusa a quienes ya eran motivo de comentarios en el círculo rojo.
El problema no es el gasto en sí mismo, los gobiernos deben informar a la población, sino el uso o la manipulación de los recursos, la tendencia de premiar y hasta comprar contenidos.
A pesar de que, de acuerdo con la investigación de Fundar, (https://goo.gl/QcP3Du) el gobierno de Peña Nieto ha gastado más de 2,000 millones de dólares en materia publicitaria en cinco años, la imagen no ha favorecido la percepción del presidente y menos de su administración. Tanto en el país como fuera hay una percepción de corrupción y falta de transparencia.
La revelación de las grandes cantidades que han sustraído gobernadores, la asignación de obras a los amigos, el caso Odebrecht vinculado con la campaña presidencial, las mansiones de funcionarios y la transferencia de fondos a paraísos fiscales están entre los temas mexicanos que se publican en los medios del mundo.
México no goza de un buen prestigio internacional porque el robo al erario está entre los temas peor vistos en el mundo. Veamos dos ejemplos: China ha mejorado paulatinamente su imagen por las reformas que viene experimentando y que lo están colocando como una sólida potencia; para los que gustan de las autocracias observen el caso de Rusia, con todo y los excesos de Vladimir Putin, se tiene la impresión de que a los oligarcas no les permiten sacar los grandes capitales. Digamos que existe la creencia de que es una corrupción controlada.
Que los ofendidos resuelvan sus sentimientos, las heridas ya las curaron a billetazos; porque la investigación de Fundar y la publicación del Times sólo exhibieron lo que se sabe y se comenta y la necesidad de nuevos modelos para el gasto publicitario de los gobiernos y los otros poderes.
Precisamente, sobre este tema trata el libro de próxima publicación Comunicación Política 2.1 modelo para armar. Planeación, Operación y Evaluación de Estrategias de Comunicación, que escribimos Felipe Chao Ebergenyi, Sergio Anzaldo y el arriba firmante, editado por Etcétera.