Periodismo: La espiral del terror
Estaba por terminar un texto acerca del apanicamiento del público en el país del norte debido a la muerte de un joven de color en una población del Estado de Missouri, cuando volví sobre mis pasos y recordé el salvaje asesinato del periodista norteamericano James Foley en 2014, quien fue decapitado por yihadistas en Siria, y cuya agresión solo la pudo haber producido la mente desquiciada de un desalmado asesino, o varios.
La yihad es un importante deber religioso para los musulmanes. Es una “obligación religiosa”, otros la llaman “guerra santa”, y para la mayoría es un “esfuerzo en el camino de Dios”. Siempre hay un líder que ordena, y los simios que lo acompañan, ejecutan. Las redes sociales se estremecieron con la insensatez del crimen cometido en contra de una persona cuya única arma era una pluma. Fue un acto de total barbarie, de terrorismo.
Me surgió la idea de escribir sobre el tema, en vista del numeroso grupo de periodistas que han muerto en el mundo, y en México expresamente. En 2017, 65 periodistas han sido asesinados en el mundo. EN MÉXICO SE REGISTRARON 12 CASOS, misma cifra que en Siria. Esto convierte a México en el país, que no está en guerra, más peligroso para quienes ejercen esta profesión. Siria, en los últimos seis años, ha sido la nación más mortífera para los periodistas.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) destacó que en México la presencia de los cárteles del narcotráfico y la corrupción de los políticos son temas que abordan los periodistas y los hacen blanco de amenazas, agresiones o asesinatos, como ocurrió con Javier Valdez Cárdenas en Culiacán, Sinaloa, en mayo de 2017. La organización reportó la muerte de 10 mujeres periodistas, el doble de 2016, entre ellas la mexicana Miroslava Breach, quien fue asesinada en marzo pasado en la capital de Chihuahua. Hará un año pronto para ambos.
Los ataques contra periodistas aumentaron considerablemente tras el inicio de la guerra contra el narcotráfico en México en el año 2006. Algunos periodistas de México han dejado de cubrir la guerra contra las drogas por completo después de que sus compañeros han sido amenazados, secuestrados o asesinados. Otros periodistas se limitan a reportar a partir de los comunicados de prensa del gobierno.
Además de los medios tradicionales, los ciudadanos mexicanos han recurrido a blogs para obtener información sobre violencia. Un ejemplo de estos es un Blog (cuyo nombre reservaré), y que es una página web publicada por un webmaster anónimo, y a la cual no es recomendable ingresar. Hay que tener un hígado mayúsculo para ver lo que allí se exhibe.
El terror, dicen los diccionarios, es un miedo muy intenso. Hay otras acepciones más largas y complicadas, pero posiblemente lo más sencillo es que sí comprendemos el miedo, y sus diferentes grados de intensidad. Pero ¿hasta dónde se mide lo más intenso? Seguramente hasta la muerte, como le ocurrió al comunicador sacrificado.
Con los casos que hemos visto y oído en los medios se afecta terriblemente la estabilidad de la comunicación mundial, esto es, radio, televisión, prensa, escritores, comunicólogos, redes sociales, etc. ¿NO ES LA AFECTACIÓN MENTAL DE LA CIUDADANÍA LA PEOR PERTURBACIÓN QUE PUEDA EXISTIR?
El experto en terrorismo Pedro Carrasco Jiménez (n. 1978), español, doctor en Derecho, licenciado en Criminología, y Diplomado en Investigación Operativa y Sistemas, dice que el término terrorismo, derivado de terror también designa un método de acción política destinado a sembrar el miedo en un grupo social, racial o religioso, en una comunidad o ciudad y en algunos casos a desestabilizar al Estado.
Por su parte, Fernando Reinares (n.1960), catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Burgos y quien es autor de numerosas publicaciones sobre temas de su especialidad, aparecidas en cinco idiomas, y entre las que se encuentran Terrorismo y Antiterrorismo, Sociedades en Guerra Civil y Patriotas de la Muerte, establece que el terrorismo se practica con la deliberada intención de afectar la estructura y distribución del poder en regiones enteras, a escala misma de la sociedad. En este caso específico, es en la escala de los comunicadores.
Interpol manifestó que el asesinato bárbaro de James Foley por los yihadistas del Estado Islámico pone en evidencia lo extendido de su depravación a medida que realizan su campaña de terror a través de Siria e Irak. Fueron palabras del secretario general de Interpol, Richard Noble. Condenó la “masacre pública de un hombre inocente” en referencia al video publicado en internet en el que se muestra la ejecución de Foley que según el secretario de Interpol, “espanta a los ciudadanos del mundo entero”. De acuerdo con la lingüista Claire Hardaker, de la Universidad de Lancaster, el miliciano enmascarado en el video habla inglés correctamente y con un acento que parece londinense.
Con todo lo anterior no quiero decir que las vidas de más periodistas secuestrados estén en peligro, y no lo digo. Pero sí lo pienso.
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