Al menos 37 personas fallecieron, la mayoría de ellas por asfixia, y casi 130 más resultaron heridas el viernes en un incendio que arrasó un hospital de Corea del Sur.
Tres trabajadores del hospital y varios pacientes ingresados en una unidad de cuidados intensivos para enfermedades respiratorias murieron a causa del fuego, uno de los más letales registrados en el país en los últimos años.
El incendio se originó en la sala de urgencias del Hospital Sejong y cuando los bomberos llegaron al lugar se había extendido ya a la primera planta.
Los equipos de emergencias entraron al segundo piso a través de las ventanas para rescatar a los pacientes atrapados, explicó Choi Man-wu, funcionario del departamento de bomberos de la ciudad de Miryang, en el sureste del país.
El humo podría haberse propagado rápidamente por la escalera del edificio, ubicada en el centro, pero las llamas se extinguieron antes de llegar a la tercera planta, agregó. La causa del incendio se desconocía de inmediato. El funcionamiento del hospital quedó suspendido tras el incendio.
Todos los fallecidos estaban en el pabellón general del hospital, mientras que los 94 pacientes que estaban en el ala geriátrica fueron evacuados con éxito tras el fuego, apuntó Choi, añadiendo que algunos salieron a hombros de los bomberos.
La Agencia Nacional de Bomberos rebajó la cifra de víctimas mortales de 39 a 37 tras un doble recuento.
Diez de los heridos estaban en estado crítico, explicó el responsable sanitario local Cheon Jae-kyung en la misma conferencia de prensa televisada, sugiriendo que la cifra de víctimas mortales podría aumentar. Según los bomberos había 125 heridos, 14 de ellos graves.
La mayoría de los muertos estaban hospitalizados por enfermedades respiratorias en una unidad de cuidados intensivos en el segundo piso. Dos médicos y nueve enfermeras trabajaban en la sala de urgencias cuando se originaron las llamas.
Tres de los fallecidos trabajaban en el centro: un médico de urgencias y una enfermera y un auxiliar de enfermería de la segunda planta, explicó Son Kyung-cheol, director de la fundación que gestiona el hospital.
El centro no estaba equipado con aspersores ya que no son obligatorios por ley, dijo Son en una rueda de prensa emitida por televisión. Responsables de los bomberos alegaron que el hospital no era lo suficientemente grande para tener que contar con este sistema.
La mayor parte de las víctimas parecieron fallecer por asfixia, y solo uno de ellas presentaba quemaduras, dijo un funcionario de la Agencia Nacional de Bomberos que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios. La identificación de los fallecidos ya comenzó, apuntó.
Fuente: lacronica.com