Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
Octavio Paz le llamó Ogro Filantrópico; la masacre de 1968, que este año cumple medio siglo, y la matanza de 1971, que incluyó asesinatos en quirófanos de hospitales le valieron el apodo de “genocida”. Se le ha definido como narco partido; se ha dicho que es propiedad compartida del Grupo Atlacomulco y Carlos Salinas; pero gracias a la incorporación de Javier Lozano como su vocero, ahora el PRI podrá ser catalogado como el Partido de la Risa.
En 1966 se estrenó la película que en México fue conocida como “Ahí Vienen los Rusos”, dirigida por Norman Jewison. Una divertida comedia que aprovechaba la plenitud de la guerra fría para hacer una parodia en la que los habitantes de una pequeña isla en Massachusetts van de la histeria a la paranoia cuando se enteran que un submarino ruso ha quedado varado en sus costas.
Aunque era un niño cuando la vi, la película me dejó una lección importante sobre lo ridículo que puede resultar el ser humano ante el desconocimiento del otro.
John Ackerman, nacido en Estados Unidos, nacionalizado mexicano, es esposo de Irma Sandoval doctora en Ciencia Política por la Universidad de California en Santa Cruz, licenciada en Economía por la UNAM y licenciada en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana. Ella es hija de un personaje histórico de la izquierda y el sindicalismo mexicano, Pablo Sandoval Ramírez.
Ackerman por su parte empezó a ser un personaje público al investigar como en el Estado de México, algunos desayunos escolares en escuelas oficiales tenían un precio superior al costo de los que se ofrecían en restaurantes. Estimaba que la diferencia entre el precio real y el plasmado en documentos oficiales, había sido utilizada por el PRI para financiar campañas políticas.
Fundó el Congreso Popular, que no sobrevivió esencialmente porque se le presentó como una iniciativa ciudadana y Ackerman estaba plenamente identificado con López Obrador.
Tiene una videocolumna en el medio Russia Today, lo cual no tiene nada de particular, ya que esta cadena internacional busca personajes identificados con la oposición para distinguirse de los medios tradicionales.
Pero de ahí a que se trate de vincular a Vladimir Putin como soporte de López Obrador, hay una distancia histérica… o cómica según el punto de vista.
No obstante el siempre lobo priista, aunque por largo tiempo identificado como oveja panista Javier Lozano, usa una ironía peligrosa. Como ya no funciona eso de comparar a López Obrador con Chávez y Maduro, ahora intenta descalificar haciéndolo pasar como protegido de Putin, como si en México existiera la paranoia que caracterizó a Estados Unidos en la época de la cacería de brujas de Joseph Mc McCarthy o como si el mandatario ruso fuera comunista, que no lo es.
Salvo excepciones, no creemos que México sea es un país xenófobo, ni a su gente le espanten los rusos, puede que hasta por el contrario López Obrador agradezca el favor de la propaganda y acepte con buen humor, como parece que ya lo hizo, el apodo de Manuelovich.
El licenciado en derecho por la UNAM y doctor en economía por la Universidad de Yale, José Antonio Meade Kuribreña, muy independientemente de simpatías por su filiación política o antipatías por su relación con el aumento de los energéticos en México, seguramente podría usar otras calidades y cualidades de voceros.