Y entonces ocurrió lo previsto: se apretó la elección en Veracruz. Me informan que Morena, con Cuitláhuac García Jiménez, debido al empuje que le ha brindado AMLO en sus recorridos por el estado, creció casi dos puntos porcentuales en la intención del voto, sólo en los últimos 10 días.
De acuerdo a la última proyección electoral que me fue confiada, la elección para Gobernador tendría que resolverse con el clásico “voto por voto, casilla por casilla”, además de estar inminentemente condenada a dirimirse en tribunales.
La medición hasta el viernes pasado ubica una diferencia menor a los tres puntos porcentuales entre el primer y tercer lugar, a poco menos de 6 meses de efectuarse la elección. Si bien es cierto aún pueden pasar muchas cosas en ese tiempo, la realidad numérica en Veracruz evidencia que tendremos un apretado ganador.
Tomando como base la intención del voto medida hasta el viernes pasado por un reconocido amigo de las estadísticas, con alto prestigio a nivel nacional (y quien me pidió guardar su nombre por el momento), el hijo del Gobernador Miguel Yunes, Miguel Ángel Yunes Márquez, llevaría una ligera ventaja sobre José Yunes Zorrilla, de la alianza PRI-Verde, no más alta del punto y medio porcentual.
Abajo del priísta, a otro punto y medio porcentual, se encuentra el candidato de Morena. De esta manera, la distancia entre el primer y tercer lugar es, en términos reales y electorales, no definitiva, reversible, alcanzable, a través de una bien pensada campaña.
Nada está definido en la elección para Gobernador en Veracruz. Tanto Yunes Márquez puede alejarse, como Yunes Zorrilla y García Jiménez acercarse, y después, rebasar. Se nos viene una elección a tercios, quizá la más cerrada en la historia del estado, al menos eso dicen los números en este momento.
El mismo trabajo estadístico revela que el punto más vulnerable de Miguel Yunes Márquez es la prevaleciente inseguridad en Veracruz; el de José Yunes Zorrilla, el factor Javier Duarte y la corrupción achacada a su partido, y el de Cuitláhuac García, los mismos que difundan sobre AMLO a nivel presidencial, es decir, los hereda.
Como vemos, nada para nadie aún, ni los dos Yunes, ni Cuitláhuac.
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