Internacional

‘Fuego y furia’ expone a Trump; en redes sociales y en español

Publicado por
Héctor García

A Sean Spicer, el primer y muy sufrido vocero de Donald Trump, se le ha atribuido en más de una ocasión tratar de explicar lo inexplicable con la frase you can´t make this shit up, lo cual básicamente implica que la realidad supera la ficción por mucho. Curiosamente eso es lo que está en duda respecto al nuevo libro Fire and Fury del autor, periodista y también colaborador de Hollywood Reporter, Michael Wolff.

Por supuesto gritar “fake news” fue la primera respuesta de Donald Trump cuando se publicaron algunos adelantos del libro. En estos, Steve Bannon, su ex asesor de ultraderecha, declaró que las reuniones del hijo de Trump, Don Jr. con los rusos durante las elecciones fueron “traicioneras” y “antipatrióticas”. Pero también hay más de un colega de Wolff que cuestiona su estilo e integridad periodística, a pesar de que él asegura haber hecho más de 200 entrevistas con personas clave en este primer año de la actual administración en Estados Unidos.

Trump niega por completo el contenido en el libro diciendo que el autor jamás tuvo acceso en entrevista a su persona. Wolff, de hecho, inicia la publicación explicando exactamente cómo y cuándo habló con él, y aunque dice no estar seguro de que Trump distinguía la plática como una “entrevista” definitivamente nunca se dijo que era off the record. Esta narrativa de la incapacidad de Trump para prestar atención está presente como un factor fundamental para explicar lo que ocurre en esta presidencia durante todo el texto.

No esperaban ganar. En el libro se hace un símil con la clásica película de Mel Brooks, Los productores. Dos tramposos hombres de teatro saben que la única forma de ganar dinero es cobrando a los inversionistas de más y luego haciendo que la obra quiebre. Así que hacen absolutamente todas las cosas que no deben para asegurar su fracaso. Y claro, triunfan por ello. ¿Ahora qué hacen?

Una buena parte del libro habla de cómo Trump jamás quiso preparar un gabinete ni hacer planes porque no esperaba ganar. Se habla de las lágrimas (y no de felicidad) de Melania. De cómo su mano derecha, Kellyanne Conway, ya estaba buscando trabajo de comentarista. Se narra que Ivanka y Jared estaban siendo posicionados para tener más éxito en sus negocios y sus marcas. Y solo dos personas creían que podría ganar. Melania (esperando que no) y Bannon.

El yerno incómodo. Hasta Anne Coulter, conocida por ser una comentarista de extrema derecha y gran apoyo de Donald Trump, le dijo en varias ocasiones, según el libro, que no podía contratar a su propia familia en la Casa Blanca, cosa que sabemos no pasó. Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump, es su principal asesor, “¿por qué decidió tomar el puesto?”, pregunta el autor. “Porque Trump te tiene que ver diario para que seas una influencia. Cambia de opinión de una llamada telefónica a otra”. Como ese, muchos otros ejemplos.

El libro sí se toma el tiempo para detallar cómo es que Kushner hizo todo lo posible por lograr la visita que el presidente de México terminó cancelando debido al tuit en el que Trump decía que si no pagábamos el muro, mejor que no acudiera.

Según el libro, Kushner sugirió a Trump que incluyera la construcción del muro en un acuerdo sobre migración.

La “cara de golf”. Trump estaba de malas y peleando con Melania el día de la inauguración presidencial. Por eso (y un hotel incómodo), asegura Wolff, tenía esa cara de enojo y los hombros tensos durante lo que debería haber sido una fiesta. Asegura que en la Casa Blanca ya se le conoce como “su cara de golf”. Según narra, tampoco le gustó la actitud de Obama ese día. De ahí su necesidad de que todo mundo le dijera que había millones de personas, más que en la inauguración de su predecesor.

Los medios son el avatar de la política. Uno de los temas más relevantes y a los que más se regresa durante esta lectura es la relación entre los medios de derecha y el presidente. En cómo los grandes jugadores de la extrema derecha van a ir todavía por más después de ver lo que hizo Trump. Sí, el mismo hombre que se encierra en su cuarto, dejando fuera a su esposa y al Servicio Secreto, para poder comer McDonalds en paz (por miedo a que lo envenenen) y ver tres televisiones al mismo tiempo.

No cabe duda, Trump está preocupado. El autor, no tanto: “¿Adónde mando los chocolates? No solo me está ayudando a venderlo, sino que está demostrando el punto del libro”. Solo le faltó añadir: “Forrest Gump estaría orgulloso”.

 

Fuente: Staff

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Héctor García