El impacto inmediato de un fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sería bastante limitado para la economía global pero sentaría un mal precedente sobre la disolución de acuerdos importantes y podría afectar las cadenas de proveeduría integradas, señaló Michael Strobaek, CIO (Jefe de inversiones, por sus siglas en inglés) de Credit Suisse.
Indicó que las interrupciones a nivel de la empresa o incluso del sector podrían ser bastante significativas, especialmente si se vieran afectadas las cadenas de suministro estrechamente integradas en todos los países.
Expuso que los nuevos aranceles u otras formas de barreras comerciales podrían aumentar los costos de producción o retrasar las entregas de productos en toda la cadena de suministro. “Las empresas sin duda reaccionarían a las nuevas condiciones al volver a alinear sus cadenas de suministro”, mencionó.
Otra consideración es que al cancelar un importante tratado comercial se generaría la percepción de que también otras relaciones comerciales importantes podrían ser renegociadas o canceladas. “En ese entorno, la incertidumbre podría aumentar y limitar la disposición de las empresas para invertir en el extranjero”, indicó el experto.
El problema es Canadá, no México
El presidente de la cámara de representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, dijo que el mayor problema con TLCAN “proviene del Norte”, con los productores de lácteos canadienses arrojando productos de bajo costo en el mercado para competir con los lecheros de Wisconsin.
Dijo que el TLCAN debe ser “actualizado”, pero que Estados Unidos debería trabajar en el marco del acuerdo que entró en vigencia en 1994, en lugar de retirarse.
Fuente: El Financiero/ Bloomberg