Transcurridos cuatro meses del terremoto de magnitud 7.1 que sacudió a México, autoridades reportan el monitoreo de especies acuáticas invasoras que, debido al sismo, escaparon de estanques en el estado de Morelos, y analizan posibles impactos en la biodiversidad y desarrollo agropecuario de la región.
Elinar Topiltzin Contreras MacBeath, secretario de Desarrollo Sustentable de Morelos (centro), dijo a EFE que junto con autoridades del sector agropecuario se realizaron visitas a los estanques dañados y se constató que muchos de los organismos llegaron a caminos de terracería, zonas de cultivo, canales de riego y “muy pocos” tuvieron una descarga directa hacia los ríos.
El sismo del pasado 19 de septiembre causó la fuga de casi 830 mil organismos de especies acuáticas invasoras -consideradas una amenaza a la biodiversidad-, por los daños registrados en la infraestructura acuícola del estado.
Contreras informó que investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos continúan el monitoreo para identificar si se establecen y reproducen ejemplares de estas especies en los ríos de la región.
Los organismos invasores son considerados una amenaza a la biodiversidad porque desplazan, parasitan o depredan a las especies nativas, y pueden causar severos impactos tanto a la vida silvestre como a las actividades humanas productivas relacionadas con el medio acuático.
Los peces que escaparon fueron el pangasio, el pez cebra, la carpa dorada, el langostino malayo, la tilapia y el topete, todas especies acuáticas invasoras, producidas para fines ornamentales y de consumo.
El doctor Contreras señaló que preocupa la presencia del pangasio, que es un bagre del sureste asiático, pues podría ser una amenaza para el bagre del Río Balsas, endémico de la región.
Reconoció que el bagre del Río Balsas es “importantísimo para la ecología de los ríos de la zona porque es el depredador acuático más importante”, y agregó que “es muy preciado en las comunidades locales” ya que en el río Amacuzac, en Morelos, se llegaban a pescar hasta 100 toneladas anualmente.
“El pangasio o bagre asiático puede ser un competidor del baagre del Río Balsas porque come de todo y crece rapidísimo”, explicó.
El funcionario indicó que, independientemente de encontrar algunos ejemplares en los ríos de Morelos, que muchos de ellos podrían ser pescados, “lo terrible sería encontrar que la especie se reprodujera”.
Reconoció que se quiere evitar que el pangasio se arraigue en la región, como es ya el caso de otras especies introducidas, que se establecieron y se convirtieron en invasoras como el “plecos” o pez diablo, que se liberó todo un estanque y ya llegaron a los ríos de Morelos.
“Estamos evaluando y seguimos monitoreando para ver qué pasa, pero la respuesta no es inmediata ya que los ejemplares que escaparon fueron organismos pequeños y hasta que crezcan podemos ver el impacto”, finalizó.
Fuente: 24 Horas