Carlos Ferreyra 

 

Es incontenible el derrame de suciedades en el ámbito de la competencia política. En torno a las elecciones de julio, donde habrá hueso para todos con borrón y cuenta nueva a quienes por hoy son cuestionados por su mal manejo en posiciones anteriores., o por incumplimiento de sus deberes como gobernante.

Inclusive por sus ladronerías abiertas, descaradas y públicas. Hoy, bajo el manto sagrado de los partidos políticos que todo lo ocultan que todo perdonan. En la foto imagino a los nuevos legisladores llegando a su centro de labores.

Hay dos formas de limpieza inmediata: la absolución de Andrés Manuel, quien afirma que el solo brinco a Morena limpia los pecados del mundo; y el retorno al PRI de gente como Javier Lozano, alias “Kid Bofe II” de pública participación desmantelando la Compañía de Luz y Fuerza (antes Mexican Light and Power) y su charla con el fabricante de anfetaminas, Zenlhy Ye Gon, sintetizada en una frase exigiéndole dinero para la campaña presidencial: “O copelas o cuello”.

El PRI, tan desesperado como todos, está en la recolección de desechos y la recuperación de casos perdidos. La esperanza de los hijos pródigos es que por valiosos (en opinión propia, claro) serán premiados con un cargo de elección, pero sin el ácido de las urnas. Como toros de regalo.

Morena lleva tiempo, años diríamos, levantando lo que todos los partidos han desechado por variadas razones: una de ellas, sujetos en fase terminal políticamente hablando. Ya dieron lo que tenían que dar, o dicho mejor, ya agarraron lo que les era posible y ya no hay más, así que afuera con ellos.

Si se detallan las razones de esta inmigración morenista, hallamos una coincidencia: los nuevos militantes, los hoy fieles apóstoles del pueblo bueno, no encontraron lugar entre las posiciones que en el Congreso se otorgan por la gracia de Dios a los partidos. Esto es, los senadores y diputados que llegan a las cámaras sin hacer campaña ni poner en disputa su nombre en una boleta.

Y eso va desde uno de los iniciales adoradores pejianos, Bartlett, el mismo al que se atribuyen las trampas para despojara de su triunfo al aspirante eterno hasta hoy, Gabriela, que en alarde prepotente pagó una fianza para que no encarcelaran al Peje. No permitiremos que se le haga mártir, dijo. Y que con el garlito de la presidencia de la Unión Interparlamentaria con sede en Ginebra, debe tener curul o escaño dos años más.

El Peje, siempre a las vivas, la levanta, la lleva a la Cámara chica y se agandalla la presidencia del organismo mundial, el más antiguo pero el que tiene reglas exactas: no es “el Congreso” mexicano el miembro de la institución, sino el Senado, así que no puede seguir con ese hueso si nada más queda en diputada. Pero en este rejuego de baboserías, institucionalmente la apoyarán y la señora seguirá chupando de la ubre gubernamental.

En este juego de pepenadores, el INE de Lorencillo se hace de la vista gorda, pese a datos que maravillan por descarados. Un pitecantropus venezolancis” de apellido Rendón, que anuncia su involucramiento en un acto exclusivo de los mexicanos, prohibido a extranjeros bajo pena de expulsión; dice que hará lo necesario para impedir que AMLO llegue a la Presidencia.

El tipo es un vividor como los que siempre nos rodean. Afirma que ha ganado algo así como 60 elecciones en América Latina y sólo ha perdido seis. Recomendaría que el Peje se ponga listo y lo contrate, total, es un mercenario más.

Exige una disculpa de López Obrador y sin embozo ante la pasividad del periodista que lo entrevistó, informa que por su posición ante el dueño de Morena, ha recibido 22 millones de ataques cibernéticos de los seguidores del tabasqueño, la mayoría procedentes de Venezuela.

Como dato curioso: la población de ese país es de 32 millones de personas. Y de ellas, 22 millones se dedican a perseguir a este santo inocente. Y todas tienen sistema internet lo que niega la existencia de pobreza, como dicen los antimaduristas.

Toda pena, lo sabemos, lleva alguna recompensa. Vicente Fox dice que si gana don Peje se irá del país. No es cierto, defenderá su megapensión como perro en celo y no abandonará su negocio patrocinado por el gobierno, con hotelería, cursos de buen gobierno (sí, él da esos cursos) y hasta presuntos doctorados en ciencia política.

A las alarmantes amenazas de Fox se suma la Galilea, ex pareja del Cuauh Blanco. También dice que se irá del país. En este caso había la esperanza de que arrastrara al futbolista metido a saqueador del erario, pero no, éste ya consiguió hueso con Morena y será candidato al gobierno con sede en el Palacio de Cortés.

Imbuidos de su carácter de orientadores de la opinión pública, de “líderes de opinión” como les gusta que les digan a los lectores de noticias que ni siquiera escriben–para eso existimos reporteros y redactores—surge por allí Pedrito Feliz de Con denunciando venta del padrón electoral para los “independientes”.

Y de la mano, brinca una niña cuyo único mérito está en que es muy estética, pero bobita y desinformada. Pero ya es líder de opinión y el Peje la llevará a las Cámaras. Lamentablemente ya no hará pareja con la Corcholata que baila con el aspirante tricolor a la ciudad de México, el pelotari Mikel Arriola contagiándole su mala fama y su desconocimiento del mundo político. Bueno, tampoco él está muy versado en el tema…

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