La guerra en Siria, que ha dejado más de 340 mil muertos y millones de desplazados y refugiados, comenzó en marzo de 2011 con la represión de manifestaciones prodemócratas. Desde entonces se volvió compleja con la implicación de yihadistas y de potencias internacionales.
El 15 de marzo de 2011, comenzaron las protestas en el país, gobernado desde hace 40 años por la familia Asad.
En julio de ese año, un coronel refugiado en Turquía anunció la creación del Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto por civiles que se unieron a la rebelión y dirigido por desertores. Varios grupos islamistas se sumaron a la rebelión.
Desde abril de 2013, el líder del movimiento islamista libanés Hezbolá, aliado de Irán, reconoció que intervenía en Siria para ayudar a los soldados del régimen. Envío miles de combatientes para ayudar a las tropas sirias, mientras que el Irán chiita se convirtió en el mayor aliado regional de Bashar Al Asad.
El 21 de agosto de 2013, un ataque con gas sarín contra dos zonas controladas por los rebeldes dejó cientos de muertos. Estados Unidos, que calcula que murieron al menos mil 429 personas, entre ellas 426 niños.
Un nuevo ataque con gas sarín dejó más de 80 muertos en la ciudad rebelde de Jan Sheijún, lo que llevó a Washington a atacar una base aérea en abril de 2017.
Nacimiento del Estado Islámico
El Estado Islámico en Irak y en el Levante (EIIL) fue rebautizado después Estado Islámico (EI), conquistó Raqa, primera capital provincial que quedó fuera del control del régimen.
En septiembre de 2014, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos lanzó, después de Irak, sus primeros bombardeos contra el EI en Siria.
Los kurdos de Siria le arrebataron regiones clave al EI.
Fuente: UnoTV