Durante tres horas, miles de peruanos protestaron este sábado, después de que el Congreso comenzase el proceso de destitución del presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski (PPK). La manifestación, que se celebró en Lima y Cuzco, sirvió para defender también al Tribunal Constitucional y la Fiscalía de la Nación, instituciones democráticas amenazadas por Fuerza Popular, la mayoría fujimorista en el Parlamento.
“Yo voté por Fujimori la primera vez y luego vi todo lo que hicieron. No estoy de acuerdo con cómo están abusando hoy de su mayoría en el Congreso. Mis hijos están bien enterados de lo que pasó en los años 90, les hago ver vídeos. Estoy en contra de lo que quieren hacer ahora con el Tribunal Constitucional”, comentó Agnes Montes, una ciudadana de 48 años que marchaba con su hija.
Eloísa, de 25 años, estudiante de Administración, tenía otras razones para asistir a la manifestación. “Hay evidencia de que el presidente es corrupto, pero no ha habido un debido proceso [de destitución] y creo que el fujimorismo está haciendo esto para tapar las investigaciones sobre Keiko Fujimori, que está involucrada en temas de corrupción. Si va a caer PPK, que no sea para que que ella se salve”, reflexionó.
“Por la autonomía de nuestras instituciones, no al golpe de Estado”, “Keiko, con el Tribunal Constitucional no te metas”, “No al fujigolpe”, “Fuera golpistas corruptos”, “Yo apoyo a la Fiscalía”, “No al narcoestado”, “Keiko, hagas lo que hagas, el Perú nunca aceptará tu narcoestado”, rezaban algunos de los cientos de carteles que los manifestantes portaban.
La protesta fue convocada por el colectivo No a Keiko, y asistieron una gran cantidad de jóvenes, no hubo presencia de gremios ni de partidos políticos. Entre otros asistentes, estuvieron el psicoanalista Max Hernández, exsecretario del Acuerdo Nacional —un foro tripartito creado en 2002 para fortalecer el Estado de derecho—, y el periodista Edmundo Cruz, cuyas investigaciones contribuyeron a esclarecerla matanza de La Cantuta en 1992 que fue perpetrada por el Grupo Colina, un destacamento del Ejército.
La manifestación en Lima partió de la Plaza San Martín y siguió por cuatro avenidas principales del centro de la capital, resguardados por la Policía Nacional. En el único momento de tensión, un grupo se encaminó hacia el local del partido fujimorista, Fuerza Popular, pero unos 50 metros antes, los agentes les impidieron el paso.
“¡Ahora o nunca, corruptos a la cárcel!, “Por justicia y dignidad, Fujimori nunca más”, “Dictadura nunca más”, “¡Keiko: supera, no eres presidenta!”, fueron algunos de los cánticos más repetidos que fueron acompañados de aplausos.
A pocos metros de donde se inició la protesta, en un local del gremio de profesores, una asamblea ciudadana convocada por activistas de derechos humanos discutía qué acciones tomar el miércoles, en la víspera de la votación para la destitución de Kuczynski.
Los partidos opositores Fuerza Popular y Apra aprobaron el jueves, en una subcomisión del Congreso, destituir por 10 años a Eloy Saldaña, magistrado del Tribunal Constitucional, y suspender por un mes a otros tres. La decisión final aún debe votarse en el pleno del Legislativo. La maniobra del fujimorismo pretende lograr un mayor control de dicho órgano de justicia que debe decidir sobre un habeas corpus para la liberación del expresidente Alberto Fujimori, y un eventual recurso sobre la investigación fiscal a Keiko Fujimori por los fondos de su campaña en 2011. Marcelo Odebrecht ha indicado que su empresa también aportó a dicha campaña y la Fiscalía ha hallado indicios de doble contabilidad.
Además, el fujimorismo también ha aprobado presentar una denuncia contra el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, en la subcomisión de acusaciones constitucionales del Parlamento, con el fin de destituirlo. Fuerza Popular actuó contra la cabeza del Ministerio Público días después de que la Fiscalía reabriese una investigación por lavado de activos a un excongresista fujimorista, Joaquín Ramírez.
En 1997, tres magistrados del Tribunal Constitucional fueron destituidos por el fujmorismo —que dominaba el Congreso durante el segundo Gobierno de Alberto Fujimori— debido a que se opusieron a una nueva ley de “interpretación auténtica” de la Constitución que permitía que el entonces presidente se reeligiera por segunda vez.
Fuente: El País