En Bolivia, el gremio médico lleva casi un mes en huelga en contra de dos medidas legales que, según ellos, perjudican su trabajo profesional. La principal es la aprobación de un artículo en el nuevo Código Penal que establece penas de entre dos y seis años de prisión, además de inhabilitación definitiva para ejercer, en contra de los profesionales que por impericia causen daño a la salud y la vida. El Gobierno ha respondido a la huelga con amenazas de despidos y trayendo brigadas de médicos cubanos para organizar «ferias gratuitas de salud».
Los médicos –algunos de los cuales están en huelga de hambre– también se oponen a la creación de una «Autoridad de Fiscalización», cuyo propósito es regular los servicios de salud, incluyendo las tarifas que ellos cobran.
Por primera vez los huelguistas no solo han dejado de trabajar en los centros públicos, sino también en los privados, y han recibido el apoyo de enfermeros y farmacéuticos. También han protagonizado manifestaciones en todas las ciudades del país, como la de este martes en La Paz.
Si bien los sistemas de emergencia se mantienen, el perjuicio que la huelga causa a los pacientes es considerable. Esta situación ha echado fuego al conflicto con el Gobierno. El Ejecutivo culpa a los huelguistas de algunos de los fallecimientos acaecidos últimamente, una afirmación que los doctores rechazaron.
Hasta ahora la mala práctica médica no estaba expresamente tipificada como un delito. La consideración de los casos, entonces, se efectuaba a partir de la derivación de normas más generales. Los médicos argumentan que en un «país litigador» como Bolivia, el cambio les impedirá ejercer con tranquilidad y aumentará el costo de los procedimientos, con lo que al final resultará perjudicada la salud en su conjunto. También señalan que muchos de los percances que se presentan como ejemplos de mala práctica fueron en realidad el resultado de la carencia de tecnología y recursos en los hospitales públicos.
La decisión de sustituir los servicios suspendidos con «ferias populares de salud» en las que laboran brigadas de doctores llegadas de Cuba ha conseguido enfervorizar a los huelguistas bolivianos.
Las autoridades defienden la necesidad de un instrumento preciso para sancionar la negligencia profesional, la cual ha causado muchas víctimas, y aseguran que el gobierno acordó con los dirigentes médicos las medidas que ahora estos objetan.
«Antes de tener problemas, levanten su huelga, vuelvan a trabajar. Vayan a atender a los enfermos. No confundan la medicina con la mercancía», discursó hace poco Evo Morales. Los médicos, por su parte, anticipan no levantar la huelga hasta que el Presidente se reúna con ellos y se eche atrás.
Fuente: El País