Inmersos en la grilla de la elección del próximo año poco se repara en lo que parece será el principal reto de México en el 2018: la situación económica que amenaza con llevar al país a lo que los especialistas llaman estanflación, que suele tener mayor efecto en la economía familiar y niveles de ingreso, es decir una combinación de estancamiento en el crecimiento y aumento de la inflación.
Todo apunta a que la inflación de este año se acercará a 7%, muy por encima de lo deseable y lejos de lo que se había logrado en los últimos 15 años, por lo menos, y un crecimiento anualizado que no llegará a 2 por ciento. A lo anterior se agrega el circulante que se deriva del lavado de dinero, que es prácticamente imposible de cuantificar y que obviamente está implicado en tres temas de gran impacto: crimen, inseguridad y corrupción.
Este cocktail algunos especialistas lo ubicarían como una especie de tormenta perfecta, vale decir que a Japón, con todo y su fortaleza económica, le tomó 20 años salir de la estanflación.
Los registros nos dicen que en México ha habido estanflación en 1983, 1986, 1987 y 2009.
Ahora, el 2018. Estamos viendo que los candidatos con posibilidades reales de alcanzar la Presidencia poco o nada advierten de la problemática económica que nos acecha.
El aspirante de Morena, Andrés Manuel López Obrador, es un ignorante en temas económicos, sus propuestas ya las abandera Alfonso Romo, lejos se ve el talento de Rogelio Ramírez de la O, quien aunque sigue simpatizando con el tabasqueño ya no es su estratega en jefe y en corto ha dicho que no tiene interés en participar en el gobierno. Como quiera, el proyecto de AMLO lejos está de reparar en la situación económica real de México.
Por el cuasicandidato del PRI, José Antonio Meade, hablan los hechos, aceptando sin conceder, porque no tengo pruebas ni a favor ni en contra, que es un personaje honesto (flaco favor a los militantes, porque al nombrar un externo Peña deja entrever que entre ellos no encontró un intachable), su trayectoria en los dos gobiernos recientes no lo deja muy bien parado, su paso por Energía, Relaciones Exteriores, Sedesol y Hacienda no da para destacar una acción de verdadero calado. Sí con experiencia económica, pero carente de trayectoria en temas de seguridad, sus acciones en el combate a la corrupción están limitadas, le sobran compromisos.
Otro tanto sucede con quienes aparecen como presuntos candidatos por el Frente Ciudadano, a Ricardo Anaya le falta experiencia y trayectoria, su propuesta de ingreso básico universal es más contrapeso para sus adversarios que solución a la economía nacional; mientras que Miguel Ángel Mancera ha dilapidado uno de los capitales políticos más robustos de que se tenga memoria, su actuación como jefe de Gobierno ha dejado mucho que desear.
Con menores credenciales aparecen los demás pretendientes: Margarita, el Bronco o Ferriz de Con; además de que no van a ganar, tienen más limitaciones.
Las soluciones a los temas más relevantes del país: economía, calidad de vida, combate a la delincuencia y lucha contra la pobreza, entre otros, son retos reales que no se resuelven con buenos deseos, por cierto, yo también quiero que México sea una potencia, más aun, estoy convencido de que tiene todo, pero le han fallado los que deciden.
