Los críticos de cine de The New York Times, Manohla Dargis y A. O. Scott comparten las que consideran las mejores películas del año.
En marzo, el director y productor Brett Ratner dijo que el sitio web Rotten Tomatoes (que recopila las críticas sobre una película para determinar si una película está “podrida” o “fresca”) es “la peor cosa que tenemos en nuestra cultura fílmica actual” y lo culpó de “la destrucción de nuestra industria”. No es muy común que quienes influyen en el rumbo de la industria ataquen tan directamente a los críticos, pero a veces les gana la desesperación. Quizá eso también explica por qué, en agosto, Harvey Weinstein escribió una columna sobre Tulip Fever, película que se estrenó tras muchos retrasos y fue un fracaso, en la que dijo que “escribir este artículo es como ponerme un blanco sobre la espalda”.
Pues para octubre Weinstein había sido acusado por muchas mujeres de acoso y abuso sexual y, para noviembre, Ratner enfrentaba sus propias denuncias de conducta sexual indebida y acoso. Quedó en evidencia que estos dos hombres poderosos de Hollywood estaban viviendo en un mundo muy distinto –casi un universo paralelo– con preocupaciones, reglas de conducta y éticas que no eran las de los demás. Las acusaciones en su contra y las presentadas en contra de otros hombres influyentes en la industria del entretenimiento y fuera de esta son la historia cultural de 2017. Y seguirán siendo la historia que contar tiempo después.
Quizá por eso me siento particularmente agradecida con las películas buenas y geniales de este año. Los cineastas en ocasiones hacen su arte enfrentándose a adversidades considerables y algunos lo hacen mientras luchan a la par contra prejuicios muy arraigados. Las revelaciones de los últimos meses –y las historias que habrían contado las víctimas que fueron desplazadas– son evidencia muy clara de qué tan arraigados están esos sesgos. El que haya tantas películas espectaculares cada año pese a esos obstáculos y sesgos es casi un milagro. Así que este año hay muchos filmes que logran suavizar el golpe.
Aquí están mis diez favoritas, que ya se estrenaron o están por hacerlo.
- DUNKERQUE (dirigida por Christopher Nolan)
La mayoría de las películas sobre la guerra se trata de batallas ganadas. Dunkerque se trata de sobrevivir. Con una técnica y un oficio sin igual, Nolan logra ponerte en el aire, el mar y la tierra durante una operación de rescate en la Segunda Guerra Mundial y, ya que el rescate termina, deja muy claro que la lucha sigue.
- EX LIBRIS: THE NEW YORK PUBLIC LIBRARY (Frederick Wiseman)
En este documental maravilloso, extenso y muy cautivador, Wiseman se adentra en la biblioteca pública de Nueva York –por aquellos salones tanto grandiosos como sencillos y las caras que buscan dentro de ellos– para hacer un retrato de una institución cultural y social que es la democracia personificada.
- VISAGES VILLAGES (Agnès Varda y JR)
En este trabajo glorioso y vívidamente personal, Varda camina por Francia y por el pasado acompañada del artista visual JR, para descubrir a amigos nuevos y buscar a los viejos. Varda ha sido descrita como una de las mejores directoras con vida, y es cierto. También forma parte de la lista de directores más grandiosos, punto.
- THE FLORIDA PROJECT (Sean Baker)
Baker hace películas que te arrebatan el corazón sobre personas que las películas usualmente ignoran, como una actriz de porno y la anciana que otros han olvidado y de quien se hace amiga en Starlet o dos prostitutas transgénero en Tangerine. En The Florida Project, cuenta una historia muy estadounidense de los niños y los adultos que luchan por vivir a los márgenes de Disney World, y logra crear un Las uvas de la ira pero del siglo XXI con todo y colores psicodélicos y escupitajos de por medio.
- ¡HUYE! (Jordan Peele)
Una crítica social, una película generadora de memes y una metáfora de nuestros tiempos: ¡Huye! (Get Out) logra ser todo eso. También es un debut excepcional para Peele como director de largometrajes. Hace tantas cosas bien y hay que recordar que lo que hace memorable a esta película no es solo lo que él dice con ella, sino cómo logra que ese significado también sea muy fílmico con elecciones calibradas sobre cuándo introducir ciertos momentos, con que el espectador se sienta alienado del espacio y con una imagen evocadora del vacío.
- LADY BIRD (Greta Gerwig)
El personaje del adolescente angustiado ha sido un cliché del cine desde que James Dean interpretó a aquel Rebelde sin causa. Esta película emocionante y tierna de Gerwig sobre una chica adolescente tiene mucho drama adolescente: la heroína salta desde un coche en movimiento. Pero después hace más que simplemente sobrevivir: se convierte en una persona en una película que demuestra insistentemente que la autocreación femenil no es por sacrificio, sino por ser.
- OKJA (Bong Joon-ho)
Lleno de toques visuales precisos y de un esplendor pictórico, esta película bastante graciosa e inmensamente conmovedora de Bong sobre una chica y su cerdo no tuvo un estreno fílmico como el que merecía porque Netflix adquirió la distribución y parece estar determinado a que el producto solamente salga por su plataforma. Quizá eso sea el futuro, pero me causa enojo que –como el villano de la película– no pueda ver más allá de los ingresos propios.
- EL HILO FANTASMA (Paul Thomas Anderson)
Dos vidas —y dos perversiones— se vuelven una en esta película que derrocha belleza y es inesperadamente graciosa. Le da seguimiento a la relación entre un diseñador de alta costura (Daniel Day-Lewis, magnífico) y su musa sorpresiva y más joven (Vicky Krieps). Es una historia de amor y sobre el trabajo y, al final, es sobre la misma creación como un acto de enamoramiento por medio de la pantalla.
- A QUIET PASSION (Terrence Davies)
En esta biografía exquisitamente dirigida sobre Emily Dickinson (una sensacional Cynthia Nixon), Davies convierte imágenes en sentimientos. Con una delicadeza y movimientos de la cámara que te transportan nos hace sentir parte de la vida diaria de Emily al tratar con la gente a la que amaba profundamente y las habitaciones que compartían. Davies muestra la belleza, gracia, la luz y la oscuridad que eran parte de ella y que fluían por medio de su pluma.
- MUJER MARAVILLA (Patty Jenkins)
Me encantan todas las películas de esta lista, pero Mujer Maravilla, más que ninguna otra del año, me recordó que entramos a la sala con nuestra propia historia: nuestros sueños de infancia, nuestros anhelos adolescentes y nuestro recelo adulto. Siempre me ha gustado la Mujer Maravilla con sus imperfecciones, incluso en el programa de televisión antiguo, y aquí me gustó justamente porque ese recelo de adulto no pudo competir con verla en la pantalla grande.
Otras favoritas: Después de la tormenta; Un amor inseparable (The Big Sick); Bombshell: The Hedy Lamarr Story; Call Me by Your Name; The Challenge; Dawson City: Frozen Time; The Death of Louis XIV; Escapes; Girls Trip; Good Time; The Happiest Day in the Life of Olli Maki; No soy tu negro (I Am Not Your Negro); Jim & Andy: The Great Beyond; Kedi; Z, la ciudad perdida (The Lost City of Z); ¡Madre!; Mudbound; My Journey Through French Cinema; Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer; The Ornithologist; Patti Cake$; Personal Shopper; The Post; El profesor Marston y la Mujer Maravilla; Quest; Song to Song; Tonsler Park; Twin Peaks: The Return; The Woman Who Left; Wonderstruck.
Saoirse Ronan y Laurie Metcalf en “Lady Bird” Credit Merie Wallace/A24
- O. Scott
Hubo mucho sobre qué sentirse mal este 2017: muchas razones para sentirse ofendido, enojado, anestesiado o asqueado. Y si esta oración te hizo sentir mal, lo siento. (Fue un gran año para disculpas que no se sintieron muy sinceras, también). Pero no lo siento si esta lista de películas –las diez mejores y otras once– me hicieron sentir a mí muchísimo mejor. No necesariamente alegre, pero iluminado, conmovido, sorprendido y satisfecho. En los malos tiempos usualmente le exigimos o muy poco o demasiado al arte como si fuera lo que nos va a sanar o salvar y lo descartamos si no lo logra. Pero su verdadera función es mucho más sencilla: nos hace sentir humanos. Eso es lo que estas películas lograron hacerme sentir este año.
- THE FLORIDA PROJECT
La promesa de un cine hecho en casa, independiente, con conciencia social y que se aventura en cuestión estética se cumple de manera espectacular con esta última película de Sean Baker, que es tanto el filme más gozoso como el más devastador del año. Inmiscuido en el materialismo colorido y ostentoso de Florida y avivado con la espontaneidad alegre de Brooklyn Prince y la destreza artística de Willem Dafoe, este filme ya se siente como algo que permanecerá. Moonee, el personaje de Prince, se ha ganado un lugar al lado de esos grandes estadounidenses que hacen travesuras, como Tom Sawyer y la pequeña Eloise.
- LADY BIRD
En una producción colegial de Shakespeare, Christine McPherson es elegida para interpretar “la tempestad”. “¡Ese es el personaje principal!”, celebra su ex mejor amiga, también su futura mejor amiga. Es uno de muchos diálogos extraños, graciosos y perfectamente adecuados en esta historia de la transición a la adultez semiautobiográfica de Greta Gerwig. En su interpretación del personaje titular (Christine quiere que la llamen Lady Bird), Saoirse Ronan es una estadounidense de 17 años muy convincente y todos los que la rodean son interpretados y pensados igual de simpática y realísticamente. El enfoque tierno y reafirmante sobre la amistad, la vida familiar y la adolescencia sexual son lo opuesto a sensiblero.
- ¡HUYE!
Jordan Peele escribió y dirigió la película más ineludible de 2017, un logro fílmico mordaz y que no buscaba ser del gusto de todo público, pero que terminó por romper récords de taquilla. Parte de la genialidad del filme es cómo rebate la mitología de que las heridas raciales en Estados Unidos han sanado y luego retoma los pedazos que dejó para crear algo lacerante y hermoso. Posiblemente fue pensada como el final de un chiste sobre la era Obama, pero terminará por ser el primer disparo de un cine en insurgencia durante la era Trump.
- NO SOY TU NEGRO
El documental de Raoul Peck utiliza las palabras de James Baldwin para pintar un retrato no solo de ese autor en su momento, sino de las ideas que sobrepasan las páginas de su trabajo y se viven en la actualidad. Baldwin escribió sobre el racismo estadounidense –el poder letal e insidioso de quienes enaltecen ser blanco con lo que distorsionan los ideales de la nación y amenazan su humanidad– con un vigor, humor y perspicacia sin iguales. Esta película duele porque la verdad duele.
- VISAGES VILLAGES
Aunque la verdad también puede ser encantadora. Eso no implica que las emociones fuertes y amargas no aparezcan en este autodocumental de Agnès Varda. A sus ochenta y tantos años, acompañada del artista treintañero JR (que tiene crédito como codirector), Varda vaga por la campiña francesa en busca de lo que queda de las tradiciones de vida de la clase trabajadora de ahí. Contempla los pesares de su propio pasado y la precariedad del presente europeo mientras mantiene a raya la melancolía y lo gris con su fe resiliente en el poder del arte para conservar y expandir la dignidad humana. Cada segundo de este filme demuestra que tiene razón en depositar ahí su fe.
- EL HILO FANTASMA
Hay películas que satisfacen el antojo de ver algo relevante y la necesidad de que los temas urgentes del día sean reflejados en la pantalla grande. El octavo largometraje de Paul Thomas Anderson –que posiblemente sea el último en el que participe Daniel Day-Lewis– es excelso y categórico, pero no es una de esas películas. Despierta otro apetito, un anhelo que muchas veces dejamos de lado: por la belleza, por la extrañeza, por la búsqueda delirante y sin tregua de la perfección. Solo he visto la película una vez (pues aún no se estrena en salas) y seguramente tiene alguna falla. Pero estoy más que contento con verla unas doce o más veces para descubrir cuál es.
- UNA MUJER FANTÁSTICA
El retrato que hace Sebastián Lelio sobre Marina, una mujer transgénero en duelo por la muerte de su amante y enfrentada a la hostilidad de la familia de este, es duramente realista y al mismo tiempo exquisitamente melodramática; polémica y poética; incisiva y, pues, fantástica. Daniela Vega, quien interpreta a Marina, no aparece en la pantalla de inmediato pero en cuanto lo hace (entonando una canción de amor no correspondido en un club nocturno de Santiago de Chile) la cámara ya no deja de verla. Y lo que encuentra en las planicies de su cara es el glamur de aquellas estrellas de cine de antaño –algo de Greta Garbo, Joan Crawford, Anna Magnani y Lauren Bacall– y una abundante autenticidad emocional como la que llevó a que esas actrices se volvieran estrellas.
- GRADUACIÓN
La película del niño que se vuelve adulto cuando va a la universidad ya es todo un género por sí solo en el cine estadounidense. Los ejemplos de este año incluyen a Lady Bird, Los Meyerowitz: la familia no se elige (historias nuevas y selectas) y Brad’s Status, que ofrecen perspectivas algo cómicas sobre el ritual familiar. Christian Mungiu, el director rumano de películas como 4 meses, 3 semanas, 2 días y Más allá de las colinas, ofrece una perspectiva mucho más lúgubre. Un doctor provinciano quiere que su hija vaya a la universidad en Inglaterra y está dispuesto a hacer concesiones en sus ideales para que ella lo logre. Esta película de Mungiu, un drama sobre la familia y una película de suspenso sobre la ética, es una condena de la corrupción diaria que no solo se hace sentir en Rumania, sino en cualquier lugar en el que el egoísmo se ha vuelto el valor social más enaltecido.
- A QUIET PASSION
Esta pasión no es realmente tan callada. Cynthia Nixon como Emily Dickinson es una compañía franca y a veces áspera, ocasionalmente graciosa y siempre electrizante. Esta película biográfica poco convencional repasa partes de la vida de Dickinson con una compresión poética y una gracia musical que ilumina tanto su temperamento como el ambiente austero e intelectualmente intenso de la Nueva Inglaterra del siglo XIX que alimentó y constriñó sus dotes de autora.
- EL PLANETA DE LOS SIMIOS: LA GUERRA
La extinción de la raza humana nunca ha parecido ser tan merecida y raramente la destreza digital ha sido utilizada de manera tan sublime. La tercera película de esta serie revivida es una épica de la fundación de una nación con ecos de la epopeya Eneida y del Éxodo bíblico. Esta película dirigida por Matt Reeves, sombría y emocionante, muestra que hacer filmes de acción a gran escala no significa dejar de lado exploración de temas políticos y morales sin que por ello sean pretenciosas. Andy Serkis sigue siendo la clave de todo el proyecto; su interpretación de César, a lo largo de tres películas, es una de las hazañas más destacables de la actuación en el cine moderno al representar una fusión que te deja sin aliento de la magia de la tecnología con una destreza actoral sólida.
También destacables (en orden alfabético): 120 latidos por minuto; The Bad Batch, Call Me By Your Name; Dawson City: Frozen Time; La forma del agua; I Called Him Morgan; Logan Lucky; Los Meyerowitz: la familia no se elige (historias nuevas y selectas); Mudbound; Okja; The Post.
Fuente: TNYTimes