El gobierno de Honduras impuso ayer por la noche un toque de queda y suspendió varias libertades individuales tras las protestas y disturbios de los últimos días. La tensión crece en el país por la demora en el conteo de los votos tras unas elecciones presidenciales en las que los dos candidatos se han declarado vencedores.
La máxima autoridad electoral del país anunció que ya contabilizó casi el 95% de los votos de los comicios del domingo y que contará a mano las papeletas de mil 31 actas que presentaban “inconsistencias”.
El presidente, Juan Orlando Hernández, quien busca la reelección, mantenía la ventaja con más de 46 mil votos sobre el opositor Salvador Nasralla. No estaba claro si el conteo manual podría modificar la tendencia a favor del mandatario.
Mientras esperan los resultados definitivos de las elecciones, cientos de manifestantes han salido a las calles y se han enfrentado con policías, que han intentado dispersarlos con gas lacrimógeno y chorros de agua.
Doce personas resultaron lesionadas en enfrentamientos callejeros entre policías y manifestantes, según Jair Meza, vocero de la Policía Nacional, y varios negocios sufrieron daños tanto en la capital como en San Pedro Sula.
Varios grupos mantenían cortadas carreteras con neumáticos incendiados y otros objetos, forzando a algunos padres a cargar a sus hijos a través de las barricadas humeantes.
El jefe del Gabinete de Gobierno, Jorge Hernández, enumeró en un mensaje emitido por radio y televisión las medidas del toque de queda.
El gobierno prohibió la libre circulación de las personas de las 6 de la tarde a las 6 de la mañana en todo el territorio nacional, con excepciones como trabajadores de emergencias, observadores nacionales e internacionales y transporte de carga, entre otros.
El toque de queda es para salvaguardar la seguridad del país”, indicó el presidente a su salida de un hotel donde se reunió con observadores internacionales. “Este es el momento que el pueblo se sienta respaldado por sus fuerzas armadas y su policía, porque no es posible que alguien se dedique a saquear o a robar».
La medida establece que las Fuerzas Armadas apoyarán conjunta o separadamente, cuando la situación lo requiera, a la Policía Nacional para mantener el orden y la seguridad y garantizar el ejercicio de los derechos democráticos de la población.
Las autoridades podrán detener a toda persona que se encuentre circulando fuera del horario indicado y a los sospechosos de causar daños a personas y bienes, así como de asociarse para cometer hechos delictivos.
Hernández informó que las autoridades instalarán retenes policiales y militares en diferentes puntos del país para hacer cumplir las disposiciones gubernamentales y desalojarán las instalaciones públicas, carreteras y puentes que ocupadas por manifestantes.
Fuente: Excélsior