Un hombre de traje sastre, oscuro, y un par de maletas atraviesa de la puertas de las llegadas internacionales en el Aeropuerto de la Ciudad de México. Varios reporteros y camarógrafos se lanzan a su asedio, esperando las primeras reacciones del involucrado; a la par, los espectadores, gente que pasaba por ahí y que se detuvo ante el tumulto, también se acerca. El protagonista responde con sonrisas a diestra y siniestra y comentarios de cortesía: «¿Cómo están?; muchas gracias por recibirme». De la nada, una joven aficionada de Cruz Azul, playera oficial puesta, irrumpe y le entrega una cartulina con un mensaje de bienvenida. Así comienza la historia de Pedro Caixinha en La Máquina.
Después de varios avisos en falso, el estratega portugués por fin arribó a la capital del país, donde comenzará a darle forma al proyecto que le tocará dirigir con La Máquina y ante la insistencia, pese al apuro, rindió sus primeras impresiones de su nueva encomienda: «Cruz Azul es un equipo grande y dirigir a un grande siempre será algo muy importante; estoy aquí con toda la ambición y determinación posible»… Mientras que del título de Liga, el gran pendiente de los celestes, aseguró: «Todos los entrenadores que pasaron por aquí lo intentaron (salir campeones), nosotros también lo haremos».
Será este lunes, cuando el timonel portugués sea presentado de manera oficial y entonces sí, profundice sobre lo que le espera en La Noria; de momento, La Máquina oficializó el arribo de Carlos Fierro, un volante que servirá como revulsivo y que en Guadalajara, su antiguo club, dio muestra de capacidad para ser determinante en ofensiva. Hasta ahora, es el único movimiento de manera oficial, aunque se sabe que otros elementos como José Madueña y Javier Salas, del Atlas, estarían cerca de enrolarse con la entidad cementera.
Fuente: Milenio