Mucho se dice que el PRI en Veracruz podría recibir, de nuevo, en su búsqueda por recuperar la Gubernatura, un claro voto de castigo cortesía de Javier Duarte. En varios círculos se cree, con cierto fundamento estadístico, que no han pasado los años suficientes para que el votante estatal olvide su “rencor” por el ex mandatario.
Y es verdad, resultaría hasta irresponsable descartar que al momento de votar, el ciudadano no recuerde a Duarte cuando vea el escudo del tricolor en la boleta, y entonces, con más estómago que cerebro, acabe decidiendo su sufragio por un pasado que sigue reciente en Veracruz.
Lo de Javier Duarte ya es mera lógica. No ha transcurrido el tiempo necesario para cicatrizar la percepción ciudadana sobre sus “no tan presuntas” pillerías. Duarte es Duarte, tan impresentable en Veracruz, que su efecto aún erosiona las aspiraciones del tricolor estatal.
Sin embargo, así como ocurre con Javier Duarte y sus insoslayables consecuencias, valdría la pena preguntarnos también si el ciudadano votaría para castigar a Miguel Ángel Yunes Linares. Uno de los temas que más “mueve” al ciudadano es la falta o no de seguridad en una región, y la percepción, regularmente, se traduce en sufragios, a favor o en contra.
¿Será que el votante en Veracruz castigue al PRI por Javier Duarte (de nuevo), y al PAN-PRD por los incumplimientos en seguridad? No dudo existan represalias hacia los partidos por sus “fantasmas”; ya veremos los porcentajes de daño para cada uno en las urnas.
¿Cuál voto de castigo afectará más en la próxima elección para Veracruz?, ¿quién tendrá más demonios por absorber?, ¿el PRI y aliados por un Duarte que sigue vigente en la agenda pública, o bien, el Gobernador ante la asignatura pendiente de resolver la inseguridad?
¿Qué losa es más pesada?, ¿aquella que implica llevar a Duarte en la espalda, o la violencia que sigue azotando Veracruz?, ¿cuál tema castigará más el ciudadano cuando se disponga a votar? En buena medida, y no es un secreto, las elecciones se ganan con base en percepciones, ¿cuál será el “menos peor” a mediados del 2018? Sí, lo sé, el pronóstico es muy reservado.
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