A la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “se le sigue moviendo la patita”, dijo el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, en una entrevista radiofónica.
Manifestó que mantiene “un positivismo constructivo” en el proceso y nunca se puede estar optimista porque puede ser aprovechado por el contrario para avanzar sus posiciones.
Guajardo remarcó que ya se cumplió un año desde que Donald Trump ganó la elección presidencial de su país en noviembre de 2016 y sigue habiendo TLCAN.
“Ya le pusimos un año a la velita de la elección de ese noviembre que había sido un día que oscurecía el horizonte y aquí seguimos en la negociación y mientras siga la negociación hay posibilidades”, expresó.
El funcionario insistió en que el hecho de que las delegaciones de México, Estados Unidos y Canadá permanezcan en la mesa de negociación, indica que hay convicción de los tres países por encontrar una solución, pero acotó que no sólo depende de la viabilidad técnica sino “también de la voluntad política de las partes”.
En caso de que se logre concluir una renegociación del TLCAN satisfactoria para los tres países a finales del primer trimestre de 2018, puntualizó que no hay posibilidades de que entre en vigor antes de 2019 porque debe ser aprobado por el Parlamento de Canadá, el Senado de México y el Congreso de Estados Unidos. En éste último país, calculó, la primera posibilidad de votar el tratado no puede ser antes de sus elecciones intermedias, de acuerdo a sus tiempos legales y procesos internos.
El secretario insistió en que el gobierno federal ha tratado de reducir la vulnerabilidad y dependencia económica y comercial que México ha mantenido históricamente con Estados Unidos y ejemplificó que en este sexenio la participación de este país en la inversión extranjera directa (IED) se ha reducido de 85 a 50 por ciento del total.
Guajardo indicó que discrepa de las declaraciones recientes del secretario de Comercio estadunidense, Wilbur Ross, respecto a que la salida de Estados Unidos del acuerdo comercial sería devastadora para México.
“No lo creo”, afirmó durante otra entrevista televisiva.
“Sin duda México puede tener un impacto a corto plazo porque la marca, el branding, es muy sensible para los mercados (…) nuestra capacidad de ajuste y la manera de cómo lo hagamos es lo que nos da la resistencia frente a los impactos de cualquier cambio”, destacó. (SUSANA GONZÁLEZ G. LA JORNADA)