El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, advirtió hoy que la ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sería especialmente «devastador» para México, a la vez que afirmó que el objetivo es acordar un nuevo pacto para marzo de 2018.
«El objetivo es tenerlo hecho para marzo», dijo Ross durante su participación en una conferencia empresarial, organizada por el diario The Wall Street Journal en Washington, sobre la renegociación del pacto comercial entre EU, México y Canadá en vigor desde 1994.
Pese a las dudas generadas tras los escasos avances en la última ronda de octubre, y las reiteradas amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de salirse del TLCAN si no es remodelado, el secretario de Comercio insistió en que Estados Unidos prefiere que Canadá y México «entren en razón» y acepten un nuevo pacto.
El fin del TLCAN «sería mucho más dañino para ellos que para nosotros», alertó Ross, quien reiteró que para Estados Unidos «no lograr un acuerdo es mejor que un mal acuerdo».
«Para México sería especialmente devastador, sería un gran problema», aseguró al referirse a la gran dependencia del mercado estadounidense que tienen las exportaciones mexicanas, ya que representa cerca del 80 % del total.
Las palabras del titular de Comercio se producen apenas unos días antes de que comience la quinta ronda de conversaciones del TLCAN en México, donde tendrán lugar del 17 al 21 de noviembre.
En la última cita, en octubre en Washington, el jefe negociador de Estados Unidos, Robert Lighthizer, señaló que apenas se habían realizado progresos y criticó la «intransigencia» por parte de Canadá y México para renunciar a «ventajas injustas».
En un tono serio, el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, replicó que donde Washington encuentra «intransigencia» ellos ven «sensatez».
Entre las exigencias de Washington sobresale la de aumentar la cuota de productos fabricados en Estados Unidos, especialmente en el sector del automóvil y una de las piezas claves del pacto comercial; y la cláusula «sunset», que obligaría a revisar el tratado cada cinco años y haría que quedara suspendido si alguno de sus tres miembros no estuviera de acuerdo en extenderlo.
Fuente: El Universal