El presidente de Rusia, Vladímir Putin, logró el respaldo de sus colegas turco e iraní, Recep Tayyip Erdogán y Hasan Rohaní, respectivamente, para poner en marcha un nuevo proceso de paz para Siria, pero ninguno de ellos consiguió acordar los detalles ni ponerle fecha a la cita.
«Los presidentes de Irán y Turquía respaldaron la iniciativa de convocar un congreso para el diálogo nacional sirio», dijo Putin al comparecer ante la prensa tras la cumbre que reunió a los tres mandatarios en la ciudad rusa de Sochi, a orillas del mar Negro.
Sin embargo, las dos horas que duró el encuentro no fueron suficientes para acordar qué delegaciones participarán en ese congreso con el que Putin quiere impulsar su propio foro de negociaciones sobre el futuro de Siria ante el estancamiento del conocido como proceso de Ginebra.
Y eso que al inicio de la cita, cuando las cámaras de televisión retransmitían las primeras intervenciones, Erdogán se mostró seguro de que hoy se tomarían «decisiones cruciales», mientras que Putin prometió «una discusión sustancial y con resultados, dado el trabajo previo para dotar de contenido la reunión».
Al final, los mandatarios encargaron a sus responsables de Exteriores, Defensa y servicios secretos «trabajar sobre la composición y la fecha del congreso».
Con toda seguridad, Erdogán volvió a mostrar su tajante rechazo -expresado públicamente en más de una ocasión- a aceptar que los kurdos formen parte de cualquier negociación sobre el futuro modelo de Estado sirio.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció al término de la cumbre que la participación de los kurdos en el congreso se trató durante la reunión e insistió en la postura defendida por Putin.
Fuente: Crónica