El “capo de capos” de la mafia, Salvatore Toto Riina, murió en el hospital, según dijeron medios italianos, cuando cumplía varias cadenas perpetuas como el ideólogo de una sangrienta estrategia para asesinar a fiscales italianos y agentes de la ley que intentaban acabar con la Cosa Nostra. Tenía 87 años.
Riina murió horas después de que el ministro de Justicia permitiera que sus familiares lo visitaran el jueves, que era su cumpleaños, después de que los médicos le provocaran un coma inducido. Su salud se había deteriorado tras dos operaciones recientes, según medios italianos.
Riina, uno de los jefes de la mafia siciliana más famosos, cumplía 26 cadenas perpetuas por condenas de asesinato en relación a su papel como poderoso jefe de la Cosa Nostra. Fue capturado en Palermo, la capital de Sicilia, en 1993, y encarcelado según una ley que requiere una estricta seguridad para los capos.
La norma indica, entre otras cosas, que deben ser detenidos en módulos aislados de las prisiones con tiempo limitado fuera de su celda.
La fiscalía acusó a Riina de diseñar una estrategia, aplicada durante varios años, para asesinar a fiscales, policías y otras personas que perseguían a la Cosa Nostra que supuestamente dirigía como el llamado “capo de capos”.
Al final, el baño de sangre fue contraproducente para la Cosa Nostra.
Después de que dos magistrados italianos antimafia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino murieran en atentados con bomba con dos meses de diferencia en 1992, el estado redobló su lucha contra la mafia siciliana.
Riina fue atrapado en un apartamento de Palermo seis meses después de que una bomba matara a Borsellino y su escolta policial. El detenido, nativo de Corleone, una colina siciliana y bastión de la mafia, se negó en redondo a colaborar con las autoridades tras su captura.
Estuvo encarcelado en una prisión de Milán hasta su hospitalización. El pasado julio, una corte rechazó una petición de la familia para trasladarlo a arresto domiciliario por su mala salud.
Fuente: El Financiero