Óscar Pérez es el único campeón con el Cruz Azul que sigue en activo, es el jugador con más partidos de Liga Mx, es el más veterano del Apertura 2017, tres veces fue Mundialista. Es el portero del Pachuca, es historia.
El Conejo juega su último partido de Liga frente al Atlas, debido a que su contrato termina en diciembre y los Tuzos están fuera de la liguilla. Sus últimas atajadas se esperan en el Mundial de Clubes, en diciembre próximo, y después, dice el mismo arquero: “a soñar con hacer algo nuevo”.
“Me siento bien, disfrutando el momento. Así fuera el primero, lo disfrutaría, porque siempre lo he tratado de llevar a la cancha así. Lo que más me gusta es dar lo mejor de mí y en este partido será igual”, dijo el Conejo Pérez, portero del Pachuca.
El Conejo Pérez va a cerrar el récord de más partidos de liga jugados con 737, en caso de aparecer en el arco frente al Atlas. En esos juegos fue dos veces campeón de liga y pasó por seis equipos. Su historia es una tragicomedia, dio sus primeros saltos en el arco del Cruz Azul y ganó el último campeonato que tiene registrado la institución. Pasó por Tigres, Chiapas, descendió con Necaxa, ayudó a salvar al San Luis y llegó a los 40 años al Pachuca.
En los Tuzos se le pronosticaba un año, máximo dos, en el equipo. Ganó el puesto de titular y fue campeón en el Clausura 2016.
“Mi partido más importante fue contra Monterrey, mis atajadas ayudaron al equipo, me sentí muy bien en ese compromiso”, dijo.
A los 44 años, tras ganar el título de la Liga de Campeones de la Concacaf, la directiva le ofreció renovar por seis meses más, para que llegara al Mundial de Clubes, que se juega en diciembre próximo.
“Quiero terminar lo mejor posible los tres torneos que estamos disputando. Quiero trascender, hacer historia, junto a todos mis compañeros y veremos después qué sigue”, menciona el arquero que se estrenó con Enrique Meza.
Nació hace más de cuatro décadas y en los medios extranjeros que lo han mencionado les sorprende que sea mayor que su técnico Diego Alonso (42 años).
La mitad del actual plantel del Pachuca no había nacido cuando Óscar Pérez por primera vez defendió la portería del Cruz Azul, en el estadio Azteca, en 1993. En los partidos, cuando saluda al portero rival, le preguntan cuál es el secreto de su longevidad. El Conejo siempre responde lo mismo: “trabajo”.
“Tengo idea de lo que me gustaría hacer después del futbol, ya que llegue el momento me preocuparé por ello. Pero sí, hay que empezar a soñar, a visualizar qué pueda seguir. Lo que sea lo trataré de hacer bien”.
La historia del Conejo Pérez termina de la misma forma que inició en la liga: contra el Atlas.
“No me siento nervioso, para nada. Estoy contento por estar en la cancha y disfrutando todo lo que me ha pasado en estos años”.
Fuente: Excélsior