A unas horas de que la Corte se pronuncie sobre el desacato del jefe delegacional de una sentencia de amparo, la Cuauhtémoc inició trámites para cumplir con el fallo judicial.
A unas horas de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se pronuncie sobre el desacato contra una sentencia de amparo que le puede costar la destitución del cargo a Ricardo Monreal y, por ende, su consignación, la delegación Cuauhtémoc inició los trámites para cumplir con el fallo judicial.
El juzgado Octavo de Distrito en Materia de Trabajo notificó al máximo tribunal de justicia del país que la demarcación política comenzó una serie de acciones para tratar de indemnizar y restituir en su cargo a María Aurelia Morales, quien fue despedida de manera injustificada en 2003, durante en la administración perredista de Virginia Jaramillo, ex empleada a quien se le adeudan salarios por 2 millones 400 mil pesos. La quejosa obtuvo un amparo en 2016.
El pasado 15 de noviembre, Monreal declaró que aguardaría de manera tranquila la resolución de los ministros de la Corte, porque estaba fuera de su alcance el cumplimiento de los laudos y la creación de plazas para el personal de la demarcación que fue despedido de manera injusta en gestiones anteriores.
Sin embargo, el pasado 23 de noviembre, el juzgado señaló que la delegación Cuauhtémoc informó que inició una serie de medidas «a efecto de dar cumplimiento a la ejecutoria de amparo, documentales que se enviaron a la ponencia del ministro (José Ramón Cossío Díaz) que corresponde», y quien este jueves tiene previsto presentar un proyecto sobre el tema.
«Téngase a las mencionadas autoridades informando las gestiones efectuadas con el objeto de acatar la ejecutoria», detalla el acuerdo de esa fecha.
Este miércoles, el juzgado envió un nuevo oficio a la Corte sobre las acciones emprendidas por las autoridades delegacionales para dar cumplimiento al fallo.
Mañana, en la sesión del Pleno de la Corte, el ministro Cossío deberá determinar si Monreal está o no acatando el fallo protector a favor de la ex trabajadora.
Fuente: Milenio