El turno es de México. ¿Quién puede asegurar que las fake news, y la manipulación de instrumentos y dispositivos digitales no serán recursos durante las elecciones del 2018?
La comparecencia de directivos de Facebook, Google y Twitter ante el Senado de Estados Unidos vino a ratificar que el gobierno de Rusia intervino a través de diferentes acciones que le permitieron alimentar noticias y cuentas falsas.
Ahora a lo que nos toca. Se puede vaticinar que el proceso electoral de México será una batalla en superlibre, desde ahora se ve que las autoridades electorales no podrán controlar tantos frentes que serán abiertos por partidos y contendientes. De hecho ya lo estamos viendo.
Está claro que el PRI buscará imponerse a toda costa. Como todos, quiere ganar, pero más aún por los riesgos que se advierten en el gobierno del presidente Peña Nieto. Son tantos los conflictos que dejará abiertos que van a convertirse en una tentación para el próximo gobierno. Sólo las implicaciones del PRI y el gobierno en el caso Odebrecht en la elección del 2012 y lo que se ha acumulado a lo largo de la administración han apanicado a muchos protagonistas.
Se dijo que la elección del Estado de México sería un laboratorio, y así fue, supieron desmontar las preferencias que apuntaban como favorita a Josefina Vázquez Mota, se valieron de fines lícitos e ilícitos, dinamitaron la posible alianza PAN-PRD, aunque trataron de deslegitimar a la candidata de Morena, aunque se debe reconocer que estuvieron a nada de que Delfina les descarrilara el proyecto, al que extrañamente López Obrador abandonó.
Con el triunfo en el Estado de México, PRI y gobierno están envalentonados, se los ve decididos a todo y convencidos de que pueden repetir la dosis, y si para ello tienen que recurrir a fake news, Facebook, Twitter, Google y otros dispositivos y recursos digitales no se van a detener; finalmente tienen el recurso y dependencias para desarrollar una campaña arrolladora.
Los avances de la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de EU no han propiciado que el INE ni las cámaras accionen para frenar las campañas sucias.
Tampoco hay que subestimar la posibilidad de que agentes externos se entrometan en el proceso y no sólo Estados Unidos por nuestra vecindad, a pesar de que Venezuela está en la peor crisis económica y social de su historia, sus vínculos con la izquierda son evidentes y tiene bastante experiencia en manipular elecciones.
Ayudará decir que Facebook reconoce que a través de sus páginas 40% de la población de Estados Unidos fue bombardeada por las fake news. Imposible saber hasta qué grado contribuyeron a la victoria de Donald Trump. El gobierno impoluto
Hay cosas que hasta por decoro no se dicen. Que el gobierno de México no aceptó un trato que garantizase impunidad a Odebrecht como dice el vocero presidencial no es creíble, las evidencias lo impiden, los casos de corrupción y la desaseada forma en que se ha tratado este caso no dan para creerlo. Por el contrario, cobra fuerza la idea que sólo en México no se ha actuado por las incursiones de Odebrecht que ya causaron estragos en varios países. ¿Se puede creer después de Higa, OHL o Sacyr? A veces es preferible guardar silencio.