Cruz Azul quiso, pero no pudo anotar. América pudo hacerlo, pero falló la ocasión más clara que tuvo.
El clásico entre La Máquina y las Águilas fue un partido emocional, el cuadro celeste que había visto la Liguilla por televisión en los últimos tres años salió a fajarse, fue el equipo que tuvo la pelota, pero también dejó en evidencia su falta de punch.
Mientras América sigue sin levantar, su juego es pobre ofensivamente, y en el juego de ida un poco más porque jugó una hora con un hombre menos y cuando pudo ponerse en ventaja, Oribe erró un penal que hubiera cambiado la historia.
El empate a cero sigue beneficiando a América, pero tiene el riesgo de que un gol celeste lo obligará a marcar dos goles. Todo se define el domingo en el Azteca.
Fuente: Milenio