Ante las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las exportaciones de carne de cerdo hacia México sufrirían un impuesto de 20 por ciento.
Esta medida es clave para México ante las propuestas proteccionistas de Estados Unidos en las renegociaciones del acuerdo tripartita, aseguró el director general de la Confederación de Porcicultores Mexicanos (Porcimex), Alejandro Ramírez González.
“Es importante que México aproveche esta coyuntura porque quién pierde más en este acuerdo es Estados Unidos”, expresó al señalar que en nuestro país está su principal mercado del producto.
México consume 97 por ciento de pierna y espaldilla de cerdo producido en aquella nación, ambas utilizadas para la elaboración de tacos al pastor y carnitas, por ejemplo.
De cara a la quinta ronda de renegociación del TLCAN, a celebrarse del 17 al 21 de noviembre en la Ciudad de México, la importación de pierna de cerdo ha crecido 23 por ciento desde 1995.
Ramírez González recordó que el gobierno estadounidense tiene el interés de desplazar su territorio el maíz, la soya, la carne de cerdo y los lácteos que, en conjunto con el trigo y el pollo, representan 41 por ciento del total de las importaciones agroalimentarias de México.
“Es una oportunidad porque los productos mexicanos estamos caminando hacía una franca dependencia. Es momento de detener esta política y empezar a buscar cómo restablecer una mayor participación del producto nacional”, indicó.
El director general de Porcimex insistió en que el gobierno de México debe aplicar una cuota de 20 por ciento a las exportaciones estadounidenses de carne de cerdo.
De hacerlo, aseveró, ayudará a crecer en las exportaciones, restablecer la planta productiva nacional, incentivar el consumo de carne de cerdo y, en consecuencia, sustituirá las importaciones de manera gradual para fortalecer la política y el mercado interno.
México importa 587 mil toneladas de piernas y espaldilla, lo cual equivale a 24.5 millones de cabezas -1.2 millones de vientres en producción-, es decir, casi la totalidad de la producción nacional.
La porcicultura es un detonador económico en las zonas rurales del país porque demanda granos, genética, insumos veterinarios, asistencia técnica, electricidad, transporte, combustible, sacrificio -corte, deshuese y empaque- y punto de venta. “Es, importante invertir en la producción primaria”, reiteró. (Notimex)