Tras ocho días de intensa búsqueda del submarino desaparecido en el Atlántico Sur con 44 tripulantes, Argentina investigaba este jueves si hubo una explosión a bordo de la nave después de que señalara una avería de baterías en su última comunicación.
La Armada (Marina de Guerra) informó el miércoles por la noche de una «anomalía hidroacústica» registrada después de la última comunicación del «ARA San Juan», pero se negó a conjeturar si era compatible con una explosión.
La búsqueda en superficie y en profundidad de la que participan 13 países ha sido infructuosa pese a varias pistas de llamadas y señales luego descartadas.
El nuevo registro sonoro se produjo el miércoles 15 «casi tres horas después de la última comunicación, a 30 millas al norte de donde estaban en ese contacto y en la misma línea de navegación a Mar del Plata», precisó el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.
Un nuevo parte oficial de la Armada se espera para este jueves a las 10.00 locales (13.00 GMT).
«Un grave problema con las baterías puede generar hidrógeno. Hidrógeno por encima de cierto porcentaje es explosivo. Explota por sí mismo. Si hubieran tenido una explosión…. entonces todo está perdido» dijo a la AFP un excomandante de submarino que pidió anonimato.
Balbi rechazó de plano hablar de explosión. «No vamos a hacer conjeturas», expresó al informar el estudio estadounidense donde se determinó el registro sonoro ahora bajo análisis.
Una repentina explosión en inmersión podría ser la explicación de la ausencia de señales de emergencia, como haber soltado balsas o radiobalizas para ayudar a su rescate, tal como indican los procedimientos navales habituales.
Siete días de frentes de tormenta intensa en la zona de búsqueda abonaron esperanzas de que el capitán del submarino hubiera preferido asegurar una navegación sumergido en vez de emerger como indica el protocolo al perder toda comunicación con las bases en tierra.
Por estas horas se da prácticamente por descartado que el sumergible haya tenido la posibilidad de propulsión ya que no fue hallado en la ruta que debía seguir desde Ushuaia, en el extremo austral del país, a su apostadero en Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires, adonde debía haber llegado entre el domingo y el lunes.
El contralmirante Guillermo Delamer, director del Centro de investigación Marítimo argentino, pidió paciencia: «el ruido no puede ser atribuible al submarino todavía».
Fuente: La Razón Argentina
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