“A muchos compas les gusta Marichuy”, dice Alba, mientras unas 4 mil personas de bases de apoyo del EZLN sacan sus paraguas para protegerse de la lluvia. La joven integrante de los Tercios Compas, los comunicadores zapatistas, trae pasamontaña y una Canon colgando en el cuello, y dice que le encanta que una mujer haya sido elegida para un cargo tan prestigioso como el de vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG).
Estamos en el Caracol de La Garrucha, uno de los cinco “centros administrativos” zapatistas. Debajo de nosotras centenares de milicianos del EZLN marchan formando dos filas de vallas humanas, hasta crear un corredor que conecta la entrada del Caracol con un escenario. Visten pantalones verdes y camisas cafés, llevan paliacates amarrados al cuello y unas gorras. Desde sus cinturones cuelgan linternas y machetes, algunos llevan pasamontañas de lana y otros de tela para aguantar mejor el calor húmedo de la Lacandona. Aferran sus toletes y quedan parados y firmes debajo la lluvia durante horas, en espera de Marichuy y de los demás integrantes del CIG.
Esta mujer nahua de carácter reservado ya es una estrella en Chiapas, pero no parece aprovechar su popularidad. De hecho, el proyecto del Congreso Nacional Indígena (CNI), que actualmente reúne pueblos hablantes de 39 lenguas originarias, tiene como enfoque principal la constitución de un Consejo Indígena de Gobierno con la intención de “poner de cabeza al país”. La candidatura de su vocera a las presidenciales de 2018, que se dará al lograr recolectar unas 850 mil firmas en 17 estados de la República, parece más bien una estrategia mediática. El plan del CNI no es tanto ganar los comicios, sino organizar una gira nacional durante el periodo de la campaña electoral con la finalidad de llamar la gente del campo y de la ciudad a organizarse para “tejer desde abajo una telaraña tan grande que sea capaz de perdurar los tiempos venideros”, para “organizar dolores”, y “hacer retemblar en sus centros la tierra”.
De hecho, en cada una de las etapas de la gira del CIG – que se realizó del 14 hasta el 19 de octubre en territorio zapatista, cruzando los Caracoles de Morelia, La Garrucha, Roberto Barrios y Oventic, la comunidad zapatista de Guadalupe Tepeyac y la ciudad de Palenque -, los discursos de Marichuy nunca vinieron solos. Siempre fueron acompañados por las intervenciones de representantes del CIG, y siempre fueron mujeres quienes tomaron la palabra. Los altos mandos del EZLN, como los subcomandantes Galeano y Moisés, dejaron espacios a sus compañeras comandantas.
Fuente: Animal Político