Mauricio Macri acumulará después de las elecciones legislativas de este domingo un enorme poder en Argentina. Casi total. Su formación, Cambiemos, se ha convertido en el centro de toda la política en el país austral con una victoria aplastante, por encima de las expectativas. El escrutinio oficial convierte a Cambiemos en el principal partido de Argentina, sustituyendo así al peronismo como eje de la política local.
«Somos la generación que está cambiando la historia», dijo Macri
Las victorias en los cinco grandes distritos colocan a Macri en una posición de poder inédita desde 1985, la última vez que un presidente, también no peronista, Raúl Alfonsín, logró arrasar de forma tan contundente en unas elecciones legislativas de medio término. Cambiemos ganó incluso por cuatro puntos de ventaja en Buenos Aires, la provincia donde se presentaba la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que sufre una durísima derrota que podría marcar el principio del fin de su exitosa carrera política.
La fiesta se desató desde el primer momento del recuento en el búnker macrista, en Buenos Aires, con baile, globos y cánticos de «no vuelven más», en referencia a los kirchneristas, mientras en el lugar de concentración de los peronistas, en el conurbano, se imponía el silencio a la espera de un giro de última hora en el recuento durante la madrugada que nunca llegó. Con el 99% de los votos escrutados, el candidato de Macri, Esteban Bullrich, obtuvo el 41,38% de apoyos contra el 37,25% de Cristina. Casi 400.000 votos de diferencia.
Macri fue el último de la noche en hablar, después de Cristina Kirchner. «Hoy ganó la certeza de que podemos cambiar la historia para siempre. Queremos lograr algo grande, un país decidido a hacer las cosas bien. Y esto es sólo el principio, recién estamos empezando a transformar la Argentina», dijo el Presidente. «Este año estamos creciendo, y el próximo creceremos más y el otro aún más. El sueño compartido es sacar a todos los argentinos de la pobreza. Somos la generación que está cambiando la historia, nos animamos a decir basta con el no se puede. Los argentinos somos imparables», agregó eufórico.
Antes, en Sarandí, Kirchner dejó en claro que no leyó los resultados como una derrota. «Unidad Ciudadana ha sumado en estas elecciones más votos que en las Paso. Hemos sido capaces de crecer y de enfrentar a la más enorme concentración de poder de la que se tenga memoria», dijo Kirchner a los seguidores que la esperaron casi hasta la medianoche. «Unidad Ciudana emerge como la oposición más firme a este Gobierno. Será la base de la construcción de la alternativa a este Gobierno. Aquí no se acaba nada, hoy aquí empieza todo», agregó, en un claro mensaje a los peronistas, en plena batalla interna por el poder. Ella no piensa irse. Tendrán que disputarle el liderazgo metro a metro.
Córdoba: el gobernador peronista, Juan Schiaretti, fue uno de los primeros en reconocer la victoria de Cambiemos en el segundo distrito electoral del país. Allí ganó el exárbitro de fútbol Héctor Baldassi con el 48,37% de los votos. Córdoba fue un bastión de Macri en las presidenciales de 2015.
Santa Fe: Cambiemos dio vuelta en forma abrumadora el triunfo del kirchnerista Agustín Rossi en las primarias y ganó las legislativas con el 38,33% de los votos, con 13 puntos de ventaja. La diferencia fue tan grande que el gobernador Miguel Lifschitz reconoció el “triunfo claro” de Cambiemos a media hora de que se conozcan cifras oficiales.
Salta: el exkirchnerista Juan Manuel Urtubey reconció la derrota del peronismo en la provincia. Urtubey abandonó el kirchnerismo cuando Macri se convirtió en presidente, pero no rompió con el peronismo. Cambiemos ganó en Salta con el 32% de los votos, contra 22,4% del oficialismo provincial.
San Luis: otra sorpresa electoral, pero en contra de los intereses del macrismo. Los hermanos Rodríguez Saá, en el poder desde 1983, perdieron en las primarias pero ganaron las legislativas. El resultado final fue 54,45% para el peronismo contra 43,55% de Cambiemos.
Entre Ríos: el gobernador peronista Gustavo Bordet admitió la derrota en manos del macrismo, como ya ocurrió en las PASO. Cambiemos ganó con el 53,14%, frente al 37,7% del peronismo.
La Rioja: bastión peronista desde 1983 y cuna de Carlos Menem, fue la otra gran sorpresa de la jornada. Con el 98% escrutado, el candidato de Cambiemos venció a Menem con apenas 0,7% de diferencia. La cifra es ínfima pero políticamente relevante.
Santa Cruz: Cambiemos arrasó en la provincia de Cristina Kirchner. El macrismo ganó con el 43,93% de los votos, frente al 31,94% del Frente para la Victoria. Santa Cruz está gobernada por Alicia Kirchner, hermana del expresidente.
Nada parece afectar la ola a favor de Macri que se ha impuesto en los últimos meses en Argentina. Ni la crisis económica, que empieza a remitir ligeramente pero aún golpea duro a los sectores más débiles de la sociedad, que siguen sufriendo la peor inflación de América Latina después de Venezuela, ni el hallazgo del cadáver de Santiago Maldonado, el último desaparecido argentino. Los argentinos, en especial la clase media urbana y la gente que vive del campo, muy beneficiado por la bajada de impuestos, parecen decididos a darle una oportunidad a Macri después de 13 años de kirchnerismo.
El presidente arrancó su mandato en 2015 con una victoria por la mínima, de menos de tres puntos, y una minoría compleja en el Parlamento. Pero poco a poco, con errores y altibajos, y con un 2016 de datos económicos pésimos y aumento de la pobreza, ha ido imponiendo su agenda de cambio y sobre todo la confianza de que el futuro podrá ser mejor si le dan tiempo para gobernar.
Este apoyo de las clases medias urbanas y también de una parte de las clases bajas, antes corazón del voto peronista, ha llevado a Macri a ganar en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, la provincia de Buenos Aires y a arrasar en la capital, su feudo natural, con más del 50% de los votos. Pero aún más sorprendente son victorias en lugares como Salta, donde gobierna una de las promesas de renovación del peronismo, Juan Manuel Urtubey, en el Chaco e incluso en La Rioja, donde se presentaba el histórico cacique local y expresidente Carlos Menem. El hundimiento del peronismo es generalizado y solo resiste en una pocas provincias empobrecidas, con la excepción de San Luis, donde los históricos caciques, los Rodríguez Saá, lograron ganar contra pronóstico. Macri arrasa hasta en Santa Cruz, la tierra de los Kirchner.
Cristina, gran protagonista de la campaña con su decisión de volver a dar entrevistas y ofrecer mítines multitudinarios que el macrismo jamás podría organizar, parecía derrotada con las últimas encuestas. Pero en la recta final apareció el caso de Santiago Maldonado, que conmocionó al país y llevó al voto en un ambiente enrarecido. El hallazgo del cadáver de este joven de 28 años, que desapareció durante una operación policial de represión a unos mapuches en la Patagonia, desarmó todas las previsiones e hizo al kirchnerismo soñar con darle la vuelta a las encuestas. Pero no lo logró, al contrario, sufrió una derrota durísima.
Fuente: El País