En el sismo que sacudió Ciudad de México el pasado 19 de septiembre, a la delegación Cuauhtémoc le tocó la mayor cuota de muertos.
De cada 10 personas que ese día perdieron la vida, cuatro ocurrieron en esta demarcación, pues se derrumbaron 14 inmuebles, algunos vetustos y otros recientes.
Las cifras oficiales indican que en esta zona hubo 95 fallecimientos, y en sólo dos puntos sumaron 70: en Álvaro Obregón 286, en la colonia Roma –donde se cayó un edificio de oficinas–, fueron 49 los cuerpos rescatados, muchos jóvenes que trabajaban en un call center, un centro de idiomas y en despachos contables que se ubicaban en ese lugar.
En Chimalpopoca y Bolívar –colonia Obrera– sumaron 21 los decesos, entre los cuales había ciudadanas taiwaneses y sudcoreanas, quienes laboraban en una empresa textil, que en cuestión de segundos se derrumbó ese día.
La mayoría de los otros 12 inmuebles que también se desplomaron quedaron también marcados por esas cifras negras, entre ellos, en Laredo 16, esquina Ámsterdam, de donde retiraron cinco cadáveres de un remozado pero no reforzado edificio; en la calle de Puebla 282, donde existía una empresa de productos químicos, sacaron tres, y en el cruce de San Luis Potosí y Medellín, donde existían varios negocios, se extrajeron tres cuerpos.
A 17 días del temblor de magnitud 7.1 los servicios básicos de agua, luz, gas y drenaje prácticamente están 100 por ciento restablecidos en la demarcación, no así la situación de centenares de edificios –cuya cifra no se tiene aún con precisión– que hoy día no pueden ser habitados, ya sea por afectación directa o indirecta.
Por ello –explica el ex diputado local por esta delegación Agustín Guerrero– podemos decir que hay cerca de 2 mil 500 damnificados.
Cynthia Murrieta, directora de Protección Civil en Cuauhtémoc, refiere que tras más de mil 500 revisiones a inmuebles, se quedó finalmente una lista de 266 que –al 28 de septiembre– se catalogaron de riesgo alto, incluidas 59 escuelas, en 23 colonias.
De ellos, detalla, 20 tendrán que ser demolidos –luego de cumplirse los requisitos de ley–, pues quedaron afectados en su estructura, como los de Génova 33, Versalles 37, Hamburgo 112, Sonora 149 o Chiapas 140.
Una cifra indeterminada aún deberá someterse a una intervención mayor para su recuperación, por lo que no es posible ocuparlos. A otro grupo se le harán reparaciones menores, al no resentir impacto fuertes. Es decir, se cambiarán vidrios, se arreglarán marcos, se remozarán fachadas o se renovarán los pisos.
Pero, lo más preocupante es la otra cantidad –aún no definida– de edificios o casas que por colindar con las construcciones en riesgo alto quedaron imposibilitados para ser habitados, aunque no tienen la más mínima afectación.
La funcionaria delegacional detalla que uno de los mayores problemas es que muchos edificios sin daños directos seguirán sin ser ocupados, pues al estar junto a los que sí están afectados correría riesgo la vida de sus ocupantes. “Son los daños colaterales que dejó el sismo, sobre todo en las colonias Roma (Norte y Sur), Cuauhtémoc, Centro, Hipódromo, Santa María la Ribera…”, remarca Murrieta.
Fuente: La Jornada