El ataque contra el público de un concierto en Las Vegas lanzó un debate sobre medidas de seguridad en hoteles y eventos al aire libre. Pero poco era lo que se podía hacer para prevenir esta masacre, coincidieron expertos.
«Era un incidente imprevisible, punto», dijo Patrick Brosnan, un exdetective de la policía de Nueva York, que tiene una firma de consultoría en seguridad privada.
Brosnan y otros expertos consultados por la AFP coincidieron en que el tiroteo más letal de la historia moderna de Estados Unidos -59 muertos y más de 500 heridos- deja en evidencia la dificultad para las fuerzas del orden de estar un paso por delante de este tipo de incidentes.
El tirador, un contador público retirado identificado como Stephen Paddock, de 64 años, abrió fuego contra la multitud desde su habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay, antes de suicidarse, indicó la policía.
Sus motivos aún son desconocidos.
«Lo irónico es que la seguridad en Las Vegas es realmente muy buena, pero una mente medio creativa y ganas de hacer algo en un país libre generan cosas como esta», dijo Tegan Broadwater, presidente y fundador de Tactical Systems Network, una consultora en seguridad con sede en Texas.
Dijo que seguramente fue muy simple para Paddock llevar a su habitación su arsenal -que incluía al menos 20 rifles y cientos de cartuchos de munición, y debía pesar unos 45 kilos- dadas las relativamente laxas medidas de seguridad en los hoteles.
«Los hoteles normalmente no vetan ningún tipo de equipaje», señaló. «Normalmente llamas al botones, cargas las maletas y las llevan a tu cuarto».
Y es muy poco probable que se implemente cualquier cambio que radicalice la seguridad en los hoteles en Las Vegas -la meca del juego, que atrae a 43 millones de visitantes al año-, que pueda espantar a los turistas.
«Los hoteles y casinos tienen que encontrar un balance para tener un lugar seguro y agradable», señaló Jason Porter, vicepresidente de Pinkerton, una compañía de servicios de riesgo.
Brosnan dijo que si los hoteles pusieran detectores de metales y requisas de equipaje podría tener un impacto en el turismo de la región, que generó cerca de 60.000 millones de dólares en 2016, según un estudio.
Quien viaja con la mentalidad de que «lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas» no querrá que le estén revisando el equipaje.
«Hacen muchas despedidas de soltero, y a lo mejor traen marihuana o alcohol, por lo que la gente no quiere enfrentar eso, sería una pesadilla para los hoteles y prefieren no hacerlo», dijo.
Richard Frankel, un exagente del FBI y profesor de seguridad interna en la St. John’s University, estimó que el incidente llevará a analizar nuevas medidas de seguridad para eventos al aire libre.
Señaló que los nuevos protocolos podrían incluir francotiradores en los techos de los edificios cercanos y el uso de drones y helicópteros.
La respuesta sería más rápida que el domingo, aseguró. «Hay muchas cosas que se pueden hacer, solo depende del nivel al que quieran llegar, el gasto que quieran hacer».
Brosnan cree que sería útil una política que obligue a policías a estar armados cuando estén fuera de servicio, pues ayudaría a reducir el número de víctimas. «Están entrenados para tomar acción y neutralizar cualquier amenaza», aseguró.
Aunque al final, otros expertos que pidieron el anonimato insistieron en que es poco probable que aunque se tenga toda la seguridad del mundo se puedan impedir estos hechos.
Hicieron así referencia a los recientes ataques en el extranjero como el hombre-bomba que se estalló en mayo en un concierto de Ariana Grande en Manchester -22 muertos- y el ataque al centro de conciertos Bataclan de París, con 99 fallecidos.
«No hay forma real de prevenir lo imprevisible», dijo Brosnan. «Si refuerzas la seguridad en hoteles, el atacante irá al parque o a un lugar diferente como un juego de hockey».
Fuente: La Razón
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