El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), desde su instauración en enero de 1994, pretende reducir costos de importación/exportación y así promover el intercambio de bienes y servicios entre los países de la región. Sin embargo, poco más de dos décadas después de ponerse en marcha, es posible que el ambiente sociopolítico ponga fin al acuerdo como se conoce; lo cual a su vez podría poner en riesgo a ciertas industrias, negocios, comercios y sectores.
La principal preocupación ante la eventual desaparición del TLCAN está en los aranceles. Actualmente, cada país tiene prohibido aumentar el nivel de cualquiera de los impuestos existentes y tampoco pueden introducir ninguno nuevo para sus bienes de origen, y están comprometido a eliminar paulatinamente todos los cobros por importación existentes. Todas las compañías exportadoras mexicanas estarían en riesgo de finalizarse el tratado, pues sus compradores al norte de la frontera súbitamente verían incrementar el costo de sus compras; lo cual muy probablemente se traduciría en menos ventas e ingresos.
De acuerdo a un estudio realizado por la Secretaría de Economía (SE), esto sería particularmente cierto para el sector agropecuario, pues los artículos y productos de esta industria son los que más aranceles pagan para entrar a Estados Unidos. Muy de cerca en la escala de riesgo si se termina el TLCAN le siguen los negocios (y entidades federales) dedicados a la manufactura automotriz, los comercios dedicados a artículos electrónicos, y las compañías textiles mexicanas.
Otro sector en riesgo por la posible suspensión del TLCAN es el tabacalero. El Think Tank estadounidense Atlantic Council ha estimado una caída de hasta 27.9% en las exportaciones de la industria mexicana a los mercados del resto de América del Norte. Un destino similar tendrían los negocios dedicados a la producción de productos lácteos y los comercios donde se vende azúcar y confitería, los cuales caerían 26.3% y 22.2% en sus importaciones respectivamente.
Pero no todo es negativo si termina el TLCAN. Múltiples expertos económicos han reafirmado el efecto limitado del acuerdo, e incluso la SE se encuentra en proceso de modernizar los tratados entre México y otras regiones del mundo para reducir al mínimo el riesgo de una posible suspensión de la región comercial. Más importante aún, muchos miembros de la iniciativa privada estadounidense ven con nerviosismo el camino marcado por el presidente Donald Trump.
Además, existen riesgos sociopolíticos en las negociaciones del TLCAN. La cuarta ronda de discusión, la cual se llevará a cabo desde este 11 y hasta el 15 de octubre, servirá para discutir uno de los puntos de mayor controversia en el acuerdo: las reglas de origen, en donde se dictamina qué porcentaje de un producto debe ser producido en un país en concreto para determinar si califica como exportación. Además, el titular de la SE, Ildefonso Guajardo, ha instado a los involucrados a acelerar las conversaciones a fin de definir un pacto antes de las elecciones de 2018 y evitar cambios repentinos de postura con la administración mexicana entrante.
Fuente: Crónica