El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asesinó al menos a 116 personas durante los veinte días que tuvo en su poder la población de Qaryatayn, en el sureste de la provincia siria de Homs (centro), y ahora bajo control gubernamental, denunciaron hoy activistas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido pero con una amplia red de activistas sobre el terreno, ha destapado esta masacre que por el momento no ha sido confirmada por ninguna otra fuente.
Hay, además, varios desaparecidos que no se sabe si murieron a manos de los extremistas o si lograron sobrevivir.
De acuerdo a la ONG, los yihadistas acusaron a la mayor parte de sus víctimas de ser informantes y de colaborar con las autoridades sirias.
La mayor parte de ellas -83 personas- fueron asesinadas por los radicales durante las últimas 48 horas de su presencia en la localidad.
Por otro lado, el Observatorio destacó que las fuerzas gubernamentales mataron a 12 personas a su regreso a la población.
El pasado día 21, el ejército sirio recuperó Qaryatayn, situada en mitad del desierto, después de que unos 200 combatientes del EI se retiraran la noche anterior.
Los radicales conquistaron por segunda vez Qaryatayn (la primera fue en agosto de 2015) durante una contraofensiva a principios de este mes contra los efectivos gubernamentales en el oeste de la provincia de Deir al Zur, fronteriza con Irak, y el este de la vecina Homs, aunque actualmente las autoridades han recuperado parte del terreno perdido.
La mayoría de los miembros del EI que tomaron Qaryatayn el 1 de octubre eran originarios de la localidad y pertenecían a células durmientes de la organización.
Durante este lunes, el ejército sirio y sus aliados lanzaron un ataque contra el EI en el sureste de Deir al Zur, cerca de la frontera con Homs, a la altura de la llamada Estación II.
La agencia de noticias oficial siria, SANA, informó de que unidades militares, respaldadas por la aviación nacional, llevaron a cabo operaciones intensas contra fortificaciones y posiciones del EI en la ciudad de Deir al Zur y en áreas del sureste de la provincia, en dirección a la urbe Al Bukamal, limítrofe con Irak.
En paralelo a la ofensiva gubernamental, que cuenta con el apoyo de aviones de Rusia, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza encabezada por milicias kurdas y aliada de Estados Unidos, también desarrollan la suya propia en Deir al Zur, donde ayer arrebataron al EI el campo de petróleo de Al Omar, el mayor de país.
La portavoz de la campaña de las FSD en Deir al Zur, Lilwa Ani, explicó por teléfono que sus milicianos tratan de alejar al EI de las inmediaciones del campo de crudo y hoy se enfrentaron a los extremistas en la zona donde están las viviendas de los trabajadores del yacimiento.
Las FSD expulsaron al EI de Al Omar aprovechando un contraataque de los yihadistas contra los efectivos gubernamentales, que los días anteriores buscaron progresar hacia el yacimiento.
Ani, quien apuntó que no hay ningún tipo de coordinación entre las FSD y Rusia, detalló que decidieron avanzar hacia Al Omar porque sus fuerzas luchan contra el EI «dondequiera que haya su presencia, no solo en el yacimiento, sino también en otras áreas».
Aseguró que las FSD no buscan la confrontación con los efectivos gubernamentales sirios, aunque advirtió:
Si nos atacan responderemos en defensa propia y con firmeza».
Por su parte, el diario gubernamental sirio Al Watan negó hoy que las FSD hayan tomado Al Omar.
El periódico, que citó fuentes sobre el terreno y a su corresponsal en la zona, recordó que las FSD difundieron que habían dominado el yacimiento y anunciaron en un comunicado oficial que sus milicias habían logrado llegar al campo.
Sin embargo, de acuerdo con el rotativo, «los hechos sobre el terreno demuestran la falsedad de estos rumores».
Asimismo, Al Watan afirmó que tanto el yacimiento de Al Omar como el de Al Ward están destruidos en un 80 %.
Esto contradice las declaraciones de hoy del portavoz de la coalición internacional, Ryan Dillon, quien señaló en Twitter que el EI no tuvo tiempo de causar daños materiales en el yacimiento.
A diferencia de otros sitios, el EI estaba desprevenido, no tuvo tiempo de destruir la infraestructura porque huyó», zanjó Dillon.
Fuente: Excélsior