El otoño llegó hace unos días, y si usted vive en la Ciudad de México, seguramente ha notado algunos cambios en el clima con respecto a los meses anteriores, como que ahora oscurece más temprano o que se empieza a sentir más frío por las noches y al amanecer.
La experiencia indica que ese fenómeno de descenso en la temperatura se suele presentar cada año durante los primeros días de octubre como una especie de anuncio del “inicio del fin” de la temporada de lluvias y del cambio de estación. Pero la sabiduría popular mexicana conoce a este fenómeno como “el cordonazo de San Francisco”.
Aunque es algo totalmente natural meteorológicamente hablando, debido a factores como que los días empiezan a ser más cortos, a que terminó el verano o a que suele existir una mezcla de humedad y viento frío en el aire, la tradición de muchas regiones del centro de México y otros países de Latinoamérica le dan otra explicación.
¿Quién es San Francisco?
San Francisco de Asís es uno de los santos más populares de la iglesia católica, tanto por la influencia que tiene la orden de los franciscanos en su historia, como por el vox populi que asegura que es “muy milagroso”.
En realidad, San Francisco de Asís fue un personaje que falleció el 3 de octubre de 1226 y que dedicó toda su vida a la religión. En 1228, fue canonizado y el papa Gregorio IX declaró que su fiesta se celebraría cada 4 de octubre.
¿Por qué se llama “cordonazo”?
Ahí empieza la leyenda. Hay varias versiones de la creencia del “cordonazo”, pero una de las más difundidas es que cada vez que se acerca la fecha de su fiesta, San Francisco se alista para ella sacudiendo su túnica y el cordón que usa para ajustarla (los franciscanos siguen usando en la actualidad una vestimenta similar), lo cual agita el cielo dejando días nublados y fríos con algunas precipitaciones fuertes, pero que representan el final de la temporada de lluvias.
También hay quien asegura que el drástico cambio de clima que se vive cada año en estas fechas se debe a que San Francisco llena de truenos y agua su cordón y lo agita violentamente para avisar que ya va a empezar su fiesta, lo cual provoca tormentas y un marcado descenso en la temperatura después de una larga temporada de días cálidos.
Otros más dicen que antes de su fiesta, a San Francisco le gusta jugar con las nubes azotándolas con su cordón para así evitar que lo mojen.
Una tradición internacional
Algunos agricultores creen que si el “cordonazo” no llega a tiempo, el clima no será benéfico para las cosechas y, además, es una fecha en la que la gente del mar, como los pescadores, suele extremar precauciones. Por eso existe un dicho dedicado a San Francisco que dice “por tierra y por mar, este se hace notar”.
En general, este fenómeno se repite en diversas partes del mundo en las mismas fechas, por lo que existe una gran variedad de creencias y leyendas al respecto, pero casi todas coinciden en el nombre: “el cordonazo de San Francisco”.
Fuente: Staff