El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), llevaron a cabo su ciclo anual de conferencias de otoño en Washington, DC, en Estados Unidos. En mi opinión, los tres temas más relevantes sobre los que giraron las discusiones en las que tuve la oportunidad de estar presente fueron: (1) Consolidación del crecimiento económico global, en donde no sólo el FMI revisó sus pronósticos de crecimiento económico global de 3.5 a 3.6 por ciento para 2017 y de 3.6 a 3.7 por ciento para 2018, sino que salvo algunas excepciones (e.g. Venezuela, Brasil), el crecimiento se ha ido sincronizando en la mayoría de los países y regiones del mundo; (2) el retiro gradual de las políticas monetarias ultra-laxas en las economías avanzadas; y (3) la creciente ola de riesgos geopolíticos. No hay duda de que los tres temas están intrínsecamente relacionados y es donde considero que emergen las preguntas más relevantes.
En este sentido, considero que las interconexiones entre los tres temas se pueden ilustrar iniciando con los niveles máximos históricos que están observando los mercados bursátiles a nivel global. Esto puede estar fundamentado por la consolidación del crecimiento económico global. Solo que el mayor crecimiento global está permitiendo que los bancos centrales de economías avanzadas hayan empezado o estén por empezar a reducir el exceso de liquidez que dejaron al instrumentar políticas monetarias ultra-laxas durante la crisis económico-financiera global de 2008-2009. El problema es que no se tiene claridad si realmente ya es momento de restringir las políticas monetarias. Por un lado, esto se debe a que ha pesar del mayor crecimiento económico que se ha observado, no se han detonado presiones inflacionarias relevantes. Por otro lado se debe también a que no se tiene claridad si los mercados financieros están en niveles máximos históricos debido al exceso de liquidez o al crecimiento económico que hemos observado.
A esta falta de claridad se agrega el escalamiento de riesgos geopolíticos tanto en general, como en países donde no se pensaba que podrían ocurrir. Estos no solo incluyen la posibilidad de una crisis nuclear con Norcorea, sino una creciente ola de populismo en países desarrollados, en donde la elevación del sentimiento nacionalista está promoviendo el proteccionismo, el separatismo y el racismo, entre otros anti-valores (e.g. Brexit, Cataluña, eliminación del DACA en EU, intención de construir un muro en la frontera sur de EU, renegociación del TLCAN orientada a reducir déficits).
Así, los riesgos geopolíticos y el retiro de estímulo monetario están haciendo que los participantes de los mercados se cuestionen sobre el grado de apuntalamiento de los mercados bursátiles en niveles máximos históricos. Esto ha hecho que en lugar de que sea la falta de presiones inflacionarias lo que se encuentra “en el corazón” de las discusiones, sean la demografía, el cambio tecnológico y la globalización, los responsables de la falta de claridad. Sobre todo por la dificultad para cuantificar el impacto de estos tres aspectos.
Cabe señalar que en el caso de la demografía, no me refiero al crecimiento poblacional, ni al número de personas agrupadas por intervalos de edad, que son altamente cuantificables y de fácil pronóstico, sino a los gustos, preferencias y actitudes de los grupos de edad más representativos, que inciden en el equilibrio macroeconómico que emana de las decisiones de consumo, ahorro e inversión. Sobre todo, porque ahora hay una población más grande de adultos mayores en países desarrollados, que tiene buen poder de compra, pero que no consume mucho porque su expectativa de vida ha crecido y quiere “suavizar” su consumo, lo que lo lleva a ahorrar más. Asimismo, existe una población joven, sobre todo en países emergentes que no consume mucho, no solo porque no tiene un alto nivel de
compra, sino porque está cambiando de hábitos radicalmente, en parte por el mismo cambio tecnológico (e.g. no está comprando coche porque utiliza Über, prefiere viajar que comprar una casa).
Al final del día, esta falta de claridad ha hecho que los bancos centrales de economías avanzadas procedan con mucha cautela y que el retiro del exceso de liquidez se esté llevando a cabo de manera muy gradual. Al menos mientras vamos entendiendo el impacto que está teniendo y tendrá en la macroeconomía global el cambio tecnológico, la demografía y la globalización, en un entorno de escalamiento de riesgos geopolíticos.
Twitter: @G_Casillas
*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF.