Donald Trump visita a menudo Florida para pasar el fin de semana en su mansión Mar-a-Lago rodeado de vigorosas palmeras. Hoy, sin embargo, las palmeras estaban partidas o dobladas y el presidente de EU no se desplazó a la península del sol a disfrutar de su palacio sino a revisar el «auténtico desastre», dijo, que ha dejado el paso del huracán Irma. «Tenemos mucha tarea por delante», escribió en Twitter.
Acompañado por la primera dama Melania Trump y por el vicepresidente Mike Pence, el jefe de la Casa Blanca aterrizó en el aeropuerto de Fort Myers, donde recibió un parte de las labores de recuperación en todo el estado, y después se desplazó a la ciudad de Naples para visitar un humilde recinto de casa prefabricadas dañadas por el ciclón, dar ánimos a los vecinos, entregarles sándwiches.
Fue su tercera visita en septiembre a una zona devastada. Las dos primeras fueron a los estados de Texas y Luisiana, afectados por el huracán Harvey. Con sus apariciones en estos puntos de desastre ha mostrado su imagen más presidencial desde que ocupa el Despacho Oval. Con todo, sus índices de aprobación siguen por debajo del 40% según datos de FiveThirtyEight.
Trump ensalzó el trabajo de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), de la Guardia Nacional, del Ejército y de la Marina por su contribución a aminorar el impacto de Irma. «La gente pensó que se podrían terminar las vidas de miles y miles de personas», dijo. En un sobrevuelo de 15 minutos a bordo del helicóptero Marine One el mandatario pudo observar a vista de pájaro las graves inundaciones y daños generalizados en la zona.
La cifra de víctimas mortales en EU por Irma se elevan ya a 31 personas. Y en el Caribe, por donde el ciclón pasó con más fuerza que por EU, a 38.
El episodio más negro en Florida ha sido la muerte de ocho ancianos en la ciudad de Hollywood, en el área metropolitana de Miami, en un asilo que se quedó sin electricidad. La principal hipótesis de la policía es que murieron por el exceso de calor en el interior de la residencia. Trump subrayó la prioridad de restablecer el servicio eléctrico y apuntó que el esfuerzo estaba siendo inédito: «Creo que nunca en ninguna parte del mundo se había acumulado tanto personal de la electricidad como en este estado». Este jueves, cuatro días después del paso del huracán, estaban sin luz más de cuatro millones de personas en Florida –dos millones y medio menos que al día siguiente del impacto ciclónico–.
En Fort Myers el presidente insistió en su apuesta por fortificar la frontera con México. «Tenemos que tener un muro, sin un muro no hacemos nada», afirmó. Trump alzaba su bandera antiinmigración en un estado, Florida (21 millones de habitantes, tercero más poblado de EE UU), en el que estos días el grueso de la mano de obra empleada para reparar destrozos y averías y recoger desechos está formado en su mayor parte por una legión de inmigrantes hispanos, con papeles o sin ellos.
Los daños dejados por Irma en Florida se suman a los de Harvey en Texas y Luisiana. Para estos dos el Congreso ha aprobado un fondo de auxilio de 15.200 millones de dólares. Para Florida se espera que sea asignada una partida en los próximos días. La inversión final tendrá que ser realmente excepcional para poder reparar estas regiones. Según ha dicho a Newsweek el exdirector de FEMA James Lee Witt entre Texas y Florida se podría requerir un gasto de 175.000 millones. Además Washington debe atender a los cuantiosos daños provocados por Irma en las Islas Vírgenes estadounidenses y en Puerto Rico –Estado Libre Asociado–. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, ha anunciado este jueves que Trump visitará la isla pero no dio fecha concreta.
Fuente: El País