En la página 21 del documento se establece que el Gobierno de Estados Unidos contribuirá con 31.5 millones de dólares para desarrollar proyectos de conservación de agua en México, con el objetivo de que 86 millones de metros cúbicos del líquido sean para que EU cumpla con compromisos ambientales que ambos países acordaron.
“135 millones de metros cúbicos de agua para su uso en Estados Unidos, en consideración con las inversiones referidas”, indica el documento.
La transacción por el agua mexicana se confirma en el último párrafo de la página 21.
“Durante la vigencia de esta Acta (9 años), México deberá tomar las acciones necesarias para cumplir con sus compromisos en la misma proporción y al mismo tiempo en que se efectúen las transferencias de fondos estadounidenses”, indica.
“Lo anterior será formalizado por medio de un intercambio de comunicados de los Comisionados quienes confirmarán la recepción de los fondos y la simultánea asignación de agua de la Reserva de Agua Mexicana o de cualquier otra fuente”, añade.
Alfonso Cortez, especialista en gestión y manejo de aguas transfronterizas y profesor investigador titular desde 1993 del Departamento de Estudios Urbanos y Medio Ambiente del Colegio de la Frontera Norte (Colef), expresó su preocupación por la firma del acta.
“Es un tema delicado, más si la cuestión es binacional, porque es obvio que si quieres meter dinero es porque quieres agua y así es, están comprando el agua ¿no?”, mencionó.
“Formarán un grupo binacional para evaluar nuevas fuentes, desaladoras, reutilización del agua, pero ¿quiénes conforman esos grupos?”.
El también ex vocal del foro ciudadano de la CILA recalcó que lo que más genera inquietud es que todas estas cuestiones no se expusieron en foros públicos, sino solo en grupos reducidos de México y Estados Unidos.
Este jueves, el Colegio de la Frontera Norte (Colef) envió un comunicado en el que anuncia que dependencias de Gobierno, organismos del agua, usuarios y organizaciones de la sociedad civil de México y EU se reunieron en Nuevo México, para confirmar el acta 323, un addendum al Tratado de Aguas Internacionales de 1944.
La reunión para confirmar el acta se llevó a cabo en Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos, apenas seis días después de que, sin previo aviso, se cancelara una reunión pública sobre este tema con la Comisión Internacional de Límites y Aguas en Mexicali, y una semana después de que agricultores tomaran las oficinas de CEILÁN por el mismo tema. (ALINE CORPUS. REFORMA)