Según el reporte más reciente que dio la Secretaría de Marina, se ha descartado ya la existencia de menores atrapados entre los escombros, y la búsqueda se concentra en una sola persona: una mujer de aproximadamente 40 años de edad de nombre Reyna Dávila, quien trabajaba en el área de intendencia de la escuela, y que habría quedado sepultada bajo cuatro losas de concreto.
Hasta el momento, según han informado las autoridades de la Marina -al mando del rescate en este punto-, se han logrado perforar tres de esas cuatro losas.
El edificio colapsado fue acordonado por la Marina en un perímetro de dos a tres calles a la redonda, ante el riesgo de que se derrumbe.
Los rescatistas trabajan con cautela extrema por el debilitamiento de la estructura, que ha sido apuntalada con polines de madera y vigas metálicas.
La grúa de la que ayer colgaba una polea, aparentemente para comenzar a retirar las losas, ha sido replegada, y los marinos siguen trabajando en la remoción de escombros con palas y carretillas.
En las calles de Rancho Tamborero y Calzada de Las Brujas, donde se ubica el colegio, permanecen cuerpos de rescate, personal militar, Policía Federal, médicos y algunos voluntarios que atienden el centro de acopio, los puestos de alimentación y él área de descanso de los rescatistas.
Los habitantes de las casas aledañas al colegio son los únicos civiles que pueden acceder al lugar.
En el crucero de las Avenidas Acoxpa y División del Norte, donde las autoridades instalaron el retén para controlar el acceso a la zona del siniestro, un monumento dedicado a la familia se ha convertido en una ofrenda en honor a las víctimas del Colegio Rébsamen.
Vecinos de la Colonia Nueva Oriental Coapa han colocado ahí ramos y coronas de flores blancas dedicadas a los 19 alumnos del colegio y las seis trabajadoras fallecidas en este lugar tras el sismo del 19 de septiembre.
Fuente: Reforma