Ilusionados e incluso desafiantes, los kurdos de Irak están acudiendo este lunes a votar en un referéndum de independencia que ha desatado las alarmas del Gobierno central y de sus vecinos. El anuncio de un posible cierre de fronteras por parte de Irán y Turquía no ha logrado eclipsar el ambiente festivo. Innecesario preguntar la orientación de su voto. Las banderas y signos nacionales que exhiben desvelan su “bale”, sí en kurdo, antes incluso de que marquen la casilla correspondiente en la papeleta.
“Toda la gente de Kurdistán está feliz con esta ocasión. Hemos venido a votar sí”, declara exultante Aryan Hamad, de 24 años y estudiante de ingeniería agrícola. La acompañan su madre, una hermana y una prima. Todas exhiben orgullosas el índice impregnado de tinta que prueba su participación. “Mi padre y mis hermanos vinieron a primera hora”, aclara. Los colegios electorales son mixtos aunque, a la puerta de las salas donde se encuentra cada mesa, ambos sexos suelen esperar su turno en filas separadas.
La jornada electoral ha empezado a las ocho de la mañana con cánticos de Allah-u Akbar (Dios es el más grande) desde los alminares de las mezquitas y repicar de campanas en las iglesias, un gesto que quiere simbolizar el apoyo de todas las confesiones al proyecto. En Kirkuk, la disputada provincia petrolera, dos turcomanos, vestidos con su traje tradicional, han hecho sonar unos enormes bombos. Su comunidad, como otras minorías, se encuentra dividida.
Las urnas están abiertas en las cuatro provincias que constituyen la región autónoma (Erbil, Dohuk, Suleimaniya y Halabja, que se desgajó de Suleimaniya en 2014) y en las llamadas “zonas en disputa”. Estas, que reclaman tanto el Gobierno kurdo como el central de Bagdad, se encuentran en su mayoría bajo control de las fuerzas militares kurdas (Peshmerga) desde que el Ejército iraquí las abandonara ante el avance del Estado Islámico (ISIS) en 2014. En total pueden votar 5,2 millones de mayores de 18 años, en su mayoría kurdos, pero también de otras etnias si están registrados como residentes en las zonas bajo control de Erbil.
De hecho, la papeleta está escrita en cuatro idiomas: kurdo, árabe, turco y asirio. “¿Quiere que la región de Kurdistán y las áreas kurdistaníes fuera de la región se conviertan en un país independiente? SÍ / NO”.
“Nací aquí y tengo derecho a participar”, defiende tras depositar su voto Taksim, un turcomano que tiene una popular casa de comidas en el barrio de Mistawfi, a los pies de la Ciudadela de Erbil. A diferencia de la mayoría miembros de su comunidad que residen en Kirkuk, Taksim defiende la separación de Bagdad. “Por supuesto, llevamos muchos años en esta situación indefinida y la independencia será mejor”, precisa. En su opinión, todas las comunidades pueden convivir. Como la mayoría de los entrevistados durante la mañana en media docena de colegios electorales, asegura que no le preocupan las represalias de los vecinos. “Este referéndum es lo justo. ¿Por qué habría de tener miedo?”, concluye.
Fuente: El País