Las Fuerzas Armadas mexicanas se movilizan la noche de este martes para garantizar la seguridad en los 44 sitios colapsados en la Ciudad de México por el terremoto de magnitud 7,1 en escala de Richter que azotó violentamente el centro del país.
Los soldados y marinos se integraron a los trabajos que desde los primeros minutos asumieron los ciudadanos y tomaron el mando para continuar con las labores de búsqueda de sobrevivientes junto con los cuerpos de emergencia.
Las autoridades del Gobierno federal y de la capital mexicana detectaron 44 lugares colapsados. «En cada uno habrá un mando y ya están en los sitios un grupo importante de elementos del Ejército y la Marina», dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, a la cadena Televisa.
La ayuda de los ciudadanos fue vital para rescatar a los primeros sobrevivientes, quienes de inmediato fueron trasladados por los servicios de emergencias a hospitales cercanos.
Ante la magnitud de la tragedia, el Gobierno mexicano ordenó tanto a hospitales públicos como privados recibir a los heridos, así como la gratuidad de los servicios de transporte públicos.
El movimiento telúrico se registró a las 13.14 hora local (18.14 GMT), un horario en el que la actividad de la ciudad y el tráfico está en apogeo, lo que provocó un caos vial, lo que representó una desventaja para la asistencia y el traslado de los heridos.
«Lo que más está dificultado (las labores) es la cantidad de vehículos transitando. Ya son varias horas desde que pasó el sismo y sigue el tráfico», apuntó el titular de Gobernación, quien llamó a la población a «despejar las calles» para que dejen transitar libremente a los vehículos de emergencias.
Varios ciudadanos reportaron asaltos en la zona de Santa Fe, en el poniente de la ciudad, por lo que la Policía Federal atendió los llamados y desplegó agentes en la zona.
Como hace 32 años, la tragedia unió nuevamente la ciudadanía, que por miles removieron los escombros con sus manos y se ordenaron para otorgar la ayuda.
Asistió tanta gente que los servicios de rescate se comenzaron a complicar, razón por la cual las Fuerzas Armadas llegaron para dar orden y organizar las labores.
El Ejército y la Marina activaron el Plan DN-III y el Plan Marina, respectivamente, en su fase de auxilio a la población en la Ciudad de México.
Además, el alcalde de la ciudad, Miguel ángel Mancera, emitió una declaratoria de emergencia, a fin de que puedan llegar todos los apoyos que se necesiten, mientras la Secretaría de Gobernación declaró «emergencia extraordinaria».
Con la llegada de la noche, las labores se complicarán ante la falta de luz natural y para ello el Gobierno mexicano y local envió plantas de energía, a fin de mantener la búsqueda y el rescate en las horas más críticas.
La principal orden del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, fue buscar sobrevivientes en una labor difícil, a punta de pico y pala en el mejor de los casos, porque no se puede meter maquinaria pesada.
El violento movimiento ha provocado hasta el momento la muerte de 139 personas -64 en Morelos, 36 en Ciudad de México, 29 en Puebla, 9 en el Estado de México y una en Guerrero-, según el último balance del Sistema Nacional de Protección Civil.
También causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, afectando a 3,8 millones de personas, fugas de gas e interrumpió el servicio de telefonía.
Las actividades escolares fueron suspendidas hasta nuevo aviso en la Ciudad de México y en los estados de México, Guerrero Hidalgo, Morelos, Puebla, Veracruz y Tlaxcala.
El sismo, que causó escenas de pánico, coincidió con el 32 aniversario del poderoso terremoto que provocó miles de muertos en 1985 y apenas dos horas después de un simulacro de un movimiento telúrico en todo el país.
También ocurrió solo unos días después de que el 7 de septiembre pasado otro poderoso terremoto, de magnitud 8,2, el más fuerte desde 1932, que dejó 98 muertos en el sur del país; 78 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
Fuente: Crónica