POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
Sin luces, así es como será celebrado el referéndum independista de Cataluña anunciado –contra viento, marea, los tribunales y la Constitución- por el gobierno de la Generalitat, para el próximo primero de octubre.
En los últimos días en España no se habla de otra cosa… en los últimos diez años en España el chantaje ha sido exactamente el mismo: la ruptura catalana del Estado español.
Esta especie de emancipación es ilegal, inaudita, arbitraria, inconstitucional, inaceptable y antidemocrática. Es la rabieta de un adolescente mocoso e insolente que desafía a sus padres con escindir su habitación del resto de la casa, tomar privilegios hasta legales sobre de ésta para hacer con ella (la habitación) justamente lo que se le ponga en gana.
¡Cuántas monsergas en nombre de la democracia! Ahora el problema que tiene España adentro de sus tripas no es nimio sino todo lo contrario, se ha dejado crecer de forma dolosa y muchas veces convenenciera usando el tema de Cataluña (como en su momento se ha usado el de ETA y el del País Vasco) para conveniencia tanto del Partido Popular (PP) como del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Si creemos que México es el lumen de la politización de todos los temas, querido lector, habría que vivir en España para darse cuenta que hasta intentar ponerle letra a su himno es óbice para hacerlo porque inmediatamente se desata una carnicería entre los partidos políticos, otros grupos y sus huestes.
Hacia afuera, la imagen externa de la nación ibérica muestra una cara cohesionada, de hecho cuando se habla en el argot económico de la Marca España viene a la mente asociada la imagen de un empresario español con su empresa española. No hacemos diferenciación de ningún tipo.
No obstante, hacia adentro España es varias Españas y no me refiero ni a la profunda, ni a la rural o a la más urbanizada hago alusión a los marcados regionalismos imperantes sobre de la noción del todo; me refiero que a lo que prevalece en el centro no impera ni en el sur ni en el norte.
El sistema educativo es al mismo tiempo muchos sistemas educativos dependiendo de la región en la que se escolarice a los niños; no prevalece un único libro de texto NACIONAL con lo cual lo que se enseña en Vigo tiene otros libros de texto en Gerona y por supuesto en Madrid.
Tampoco está homogeneizado el calendario de vacunación no hay una cartilla NACIONAL lo que implica que las vacunas de un niño en Alcobendas no sean exactamente las mismas que las aplicadas, por ejemplo, en Murcia.
Un español antes de decir que es español se identifica diciendo que es un jerezano o malagueño o asturiano o vasco o catalán; primero privilegiará su cuna de nacimiento… su marca de origen natal. Ese marcado espíritu de pertenencia localista se traslada a muchas otras esferas del orden cotidiano y también gubernamental.
A COLACIÓN
En medio de una lluvia de querellas, el gobierno del presidente Mariano Rajoy busca impedir, con la Ley en la mano y la Constitución en el brazo, la celebración del referéndum. Y hasta el momento está dispuesto a todo –o a casi todo- desde usar a las fuerzas del orden más inmediatas como la Policía, en este caso, los Mossos D´esquadra; hasta dejar sin luz a los centros en los que sean instaladas las urnas de cartón.
Lo de Cataluña es a mi juicio un laberinto cansino y sin salida política. Papá dice que no pero el adolescente rebelde hace tiempo empezó a ponerle alambre de púas a la puerta de su habitación y le colocó el letrero de “no pasar sin mi permiso” y ambos los compró con el domingo que le sigue soltando su señor padre.
Más allá de esta metáfora, ¿qué le da forma y sentido a la Patria? Primeramente, el sentido de pertenencia: compartir valores, cultura, sentirse representados por el himno, la bandera, los símbolos patrios; unidos y orgullosos por el pasado histórico y los logros presentes. No es nada más en sí mismo un pedazo de tierra ni la orografía sino la identidad a través de una serie de símbolos en los que la gente se identifica y se siente representado.
En Cataluña llevan años adoctrinando desde el sistema educativo a los niños y adolescentes para que se identifiquen en la Estelada y no en la bandera española; para que vibren con las notas de su particular himno, para que expresen en catalán (y no en castellano) lo que sientan y piensan.
Yo no tengo una bola de cristal para asegurarle o no que el próximo primero de octubre será consumada la secesión catalana, pero sí puedo asegurarle que mientras avance generacionalmente este adoctrinamiento… la independencia llegará.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales