Por Carlos Ferreyra 

 

El espectáculo que estamos presenciando no hace sino certificar que el ambiente político se ha convertido en un estercolero, donde el más puro peca y el que no ha pecado acecha su oportunidad.

En Jalisco nació un fenómeno que tenía epatadas a las multitudes: Pedro Kumamoto quien surgió de las filas ciudadanas como candidato sin partido. Y a partir de allí, empezó a generar expectativas hasta culminar con su propuesta de que el financiamiento partidario, tan lesivo a los programas sociales del gobierno, se establezca a partir de la votación que obtengan.

La iniciativa, creo que ya aprobada por su Cámara estatal, fue recibida con beneplácito por todos los sectores, aunque en el oficial se hicieron los occisos y hasta la fecha poco o nada han comentado al respecto. Y es que los partidos, vía su chalán Lorenzo el del Instituto Electoral, ya decidieron que el siguiente años tendrán más lana para chuchulucos y si algo sobra, para las elecciones.

Pedrito, por su parte, una vez que tomó consciencia de su salto al escenario político nacional, destapó sus intenciones de brincar al Senado. Se justifica diciendo que desde allí podrá promover su iniciativa para que la aprueben todos los estados y se convierta en ley Constitucional.

El riesgo de que Pedrito llegue sin más a la senaduría, será que apenas al tercer o cuarto año exprese su propósito de treparse a la Silla del Águila para de allí, promover otra iniciativa que al paso del tiempo se le ocurra.

Sin duda, política de ocurrencias y ambiciones sin fin.

Ricardo Monreal está hablando de dignidad, de honestidad y en mucho repitiendo el discurso de su socio en las más recientes aventuras, comenzadas en el gobierno de Zacatecas, al cual accedió con el apoyo del PRD, entonces en manos del denominado Peje.

En el desacuerdo que ahora expresan cada uno por su lado, Andrés Manuel López dijo durante una gira por el norte, que hay quien traiciona y sin mencionar por su nombre al traidor, ejemplificó con aquellos que hizo gobernadores y al paso del tiempo por su ambición cambian de bando.

Mala memoria. Monreal apenas transcurría la primera intentona de don Peje para dormir en la cama de Benito Juárez, manifestó sin recato alguno que él iría por la Presidencia, claro, no en ese momento en que la candidatura estaba ocupada pero lueguito, pues sí…

Firme en su dignidad lastimada y además irreductible en su valiente honradez, Ricardito que ya transitó por el PRI donde nació a la política grande, por el PT, por el PRD, ahora va por el, PAN unido con el PRD y en contra de Morena, en donde se están refugiando todos los tránsfugas habidos y por haber.

De hecho y así lo manifestó recientemente, con respuesta positiva de algún fantoche tricolor, Ricardo Monreal podría regresar al PRI y desde allí pugnar por la gubernatura de la capital. No es descabellado, ya ha demostrado hasta la saciedad que es oportunista y un brincacharcos de tomo y lomo. Trapecista no, porque para eso se necesita habilidad y en este caso sólo hay descaro.

Un tercer caso, muy menor, nos ocupa en Puebla donde al señor Miguel Barbosa, inexistente hasta antes de que en necesaria operación le cortara parte de uno de sus pies, el impulso que le dieron lo ha llevado a aspirar a la sucesión de Moreno Valle.

Pero en política no todo lo que parece es. Barbosa era coordinador de la bancada perredista y decidió cambiar de bando cuando miró el crecimiento de Morena. Aunque antes había criticado a don Peje, olvidó los agravios inferidos por él y se acogió a las filas de la sagrada concepción política.

Para don Peje no hubo problema. Con la llegada de ese oscuro caballero, se afectó mucho a los amarillos uno de los propósitos de vida del tabasqueño. Y aun cuando Barbosa expresó en forma temprana su intención de que el negocio de la familia López lo amparara, el dueño de la franquicia le pintó un violín  y lo dejó en el desamparo total.

Barbosa ya no tiene para donde hacerse pero no lo demos por muerto. En política, decía un sabio de los de antes, nadie se muere. Se hiberna como los osos y se resurge con mayores ímpetus. La historia así lo dice.

Lo anterior, para consuelo de Barbosa, pero por la voluntad de su amo y señor, supongo que lo enviarán a una diputación y con suerte, hasta será coordinador del grupo parlamentario. Si no se le atraviesa Bartlett…

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