Quien fuera el estratega más radical de Donald Trump, Steve Bannon, acusó este domingo al establishment Republicano de «intentar anular» la victoria electoral del empresario neoyorquino y criticó a algunos miembros de la Casa Blanca, como el consejero económico, Gary Cohn, al que invitó a dimitir si tan en desacuerdo está con algunas posturas del presidente. También advirtió del riesgo de que los republicanos pierdan su mayoría en la Cámara de Representantes debido a las grandes diferencias que tienen en torno al debate migratorio y, muy especialmente, por la crisis que puede generar el futuro de los jóvenes inmigrantes o dreamers.
Bannon, reincorporado a su publicación derechista Breitbart News, se despachó con sus viejos enemigos de Washington en la primera entrevista televisiva que concede desde que fue despedido de la Administración este agosto. «Es un secreto a voces», dijo en 60 Minutes, de la CBS, que los líderes conservadores del Senado y el Congreso, Mitch McConnell y Paul Ryan, «no quieren que se implemente la agenda nacionalista y populista de Trump».
El defenestrado estratega se alineaba -y se le consideraba impulsor- con los discursos más duros de Trump en materia de inmigración o nacionalismo económico y encarnaba la conexión del neoyorquino con el ala más dura de la derecha estadounidense. Las distancias del ahora presidente con su partido fueron obvias durante toda la campaña electoral y el factor Bannon las agitaba. Este acusa al partido, como ha hecho Trump, de bloquear promesas estrella como la derogación de la reforma sanitaria de Obama, al no lograr el apoyo republicano suficiente al modelo que la sustituya.
Lo que, sin embargo, va a causar un cisma en el partido será, a juicio de Bannon, el debate migratorio. El editor no se pronuncia directamente por la última decisión de Trump, la de cancelar el programa que protegía de la deportación a los dreamers (inmigrantes que llegaron de forma irregular siendo niños y han crecido en EU), pero advierte de sus consecuencias. «Si esto sigue adelante hasta su conclusión lógica, en febrero y marzo habrá una guerra civil dentro del Partido Republicano», señala, lo que, a unos meses de las elecciones, en las cámaras «es imprudente».
Los legisladores republicanos -muy divididos sobre el destino de este colectivo de unos 800.000 jóvenes- tienen un plazo de seis meses para decidir si buscan una forma de regularizar la situación de los dreamers o si les dejan en el limbo legal y, por tanto, susceptibles de deportación.
Bannon dejó la Casa Blanca tras ocho meses en el cargo marcados por las discrepancias con otros miembros de Gabinete, como el yerno y consejero de Trump, Jared Kushner, o el director del Consejo Económico, Gary Cohn. Este último es el único que ha criticado dura y públicamente a Trump por la tibieza que mostró tras los altercados racistas de Chalottesville (Virginia). Bannon cree que debería renunciar: «Le puedes decir [a Trump], ‘Ey, podrías hacerlo mejor», apunta Bannon, pero «si vas a romper con él, si encuentras algo inaceptable, deberías dimitir».
También aprovechó para atizar a figuras republicanas de la Administracion de George W. Bush, como Condoleeza Rice o Colin Powell, a los que calificó de «idiotas».
Fuente: El País