El Gobierno venezolano inició el sábado un ejercicio militar en el que pidió a los civiles integrarse a las unidades de reserva, en momentos de una fuerte tensión con Estados Unidos, que amenazó con una intervención militar y decretó sanciones financieras contra el país petrolero.
El presidente estadunidense, Donald Trump, dijo hace unos días que no descartaba una «opción militar» en Venezuela y el viernes prohibió realizar negocios con nuevas emisiones de deuda del Gobierno, o de su estatal petrolera PDVSA, una medida con la que busca cortar los fondos que sostienen a la «dictadura» del presidente Nicolás Maduro.
Ante la amenaza imperial, ante las amenazas de doblegar nuestra dignidad, ante la intimidación belicista del imperio estadunidense, todo venezolana y venezolana entre los 18 y 60 años está en el deber de contribuir en la defensa integral de la nación», decía un anuncio difundido por el canal de televisión estatal, VTV.
El jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada venezolana, Remigio Ceballos, dijo que unas 900 mil personas participan en la actividad.
De ese número, 200 mil son militares y 700 mil corresponden a milicianos, trabajadores públicos y algunos grupos civiles organizados.
Imágenes de la televisión estatal mostraron a personas que ingresaban a los centros de registro de la reserva militar. Pero no hubo más datos del registro, que sólo mostraban seguidores de Maduro.
También, en transmisiones en vivo, se observaron a uniformados en unas prácticas de tiro, y algunas personas, ataviadas de rojo, marchaban bajo la lluvia en Caracas en apoyo al mandatario venezolano.
Para el domingo se esperan las prácticas militares del ejército, armada, aviación, guardia nacional y fuerzas especiales.
Tras la instalación de una polémica asamblea constituyente, Maduro recibió críticas de varios países de América que aseguraron que la entidad -integrada únicamente por oficialistas- erosiona la democracia venezolana y sólo busca abolir las elecciones para perpetuar al mandatario en el poder.
La constituyente también asumió las potestades del Congreso, dominado por la oposición.
Entre abril y julio, miles de venezolanos protestaron contra Maduro por considerarlo un «dictador» y críticos lo acusan de ser responsable de una crisis que refleja en una inflación de tres dígitos, recesión económica y una aguda escasez de alimentos y medicinas.
Fuente: Excélsior