El Papa Francisco condenó los abusos de religiosos a menores en el prefacio del libro de Daniel Pittet, un suizo de 57 años que fue abusado por un fraile capuchino cuando era niño.
“Se trata de una absoluta monstruosidad, un pecado terrible”, escribió el pontífice, quien pidió perdón «con toda humildad» a víctimas de los sacerdotes pedófilos. Les expresó “mi amor y mi dolor”.
En el texto, el Papa recuerda que “algunas víctimas llegaron a quitarse la vida. Estas muertes pesan sobre mi corazón y mi conciencia y sobre toda la Iglesia”.
Daniel Pittet sufrió la agresión entre los nueve y 13 años, en la actualidad trabaja en Friburgo como bibliotecario, es fundador de la asociación Rezar y Testimoniar, tiene seis hijos y hace dos años visitó con su familia a Francisco en el Vaticano.
En el prefacio, el Papa escribió que cuando Daniel le contó su historia “pude ver otra vez los daños espantosos causados por los abusos sexuales y el largo y doloroso camino que espera a las víctimas.”
Francisco consideró que el testimonio de Pittet es “necesario, precioso y valiente”.
Fuente: La Razón